España es el quinto país de la UE con mayores cargas fiscales para las empresas, con un promedio del 56,9% sobre los beneficios. Por delante, sólo se sitúan Italia (68,4%), Francia (65,8%), Hungría (57,5%) y Bélgica (57,3%), según datos del Banco Mundial.
La carga fiscal incluye, entre muchos otros el Impuesto sobre Sociedades, las cotizaciones sociales y los impuestos sobre el trabajo a cargo del empleador, los impuestos sobre el patrimonio o las transmisiones patrimoniales.
El informe apunta además, que «la carga fiscal que soportan las empresas es un factor esencial a la hora de invertir». «Allí donde la imposición es elevada suele haber menos inversión privada y más economía sumergida», añade.
Por debajo de España en el ránking de países con mayores cargas fiscales empresariales se sitúan Austria (55,5%) y Suecia (54,6%). Entre el 40% y el 50% de los beneficios dedicados al pago de impuestos figuran Estonia (49,1%), Eslovaquia (48,6%), Finlandia (47,7%), Grecia (47,4%), República Checa (47,2%), Alemania (44,9%), Rumanía (44,6%), Portugal (42,9%), Lituania (42,7%) y Polonia (42,5%).
Cierran la lista Países Bajos (39,3%), Eslovenia (37,5%), Reino Unido (35,9%), Letonia (33%), Bulgaria (31,4%), Dinamarca (29,2%), Chipre (28,8%), Irlanda (26,5%) y Luxemburgo (20,9%)