La reforma de las pensiones dio anoche un paso decisivo para su aprobación final. El Congreso de los Diputados aprobó con la oposición de la izquierda y la abstención del PP, el informe de recomendaciones del Pacto de Toledo que reclama un nuevo marco legal sobre la edad de jubilación.
La nueva moción, pactada por CiU y PSOE reclama un modelo «basado en la flexibilidad y gradualidad» de manera que cualquier modificación del mismo se haga de manera «progresiva» y no de manera «homogénea y forzosa para el conjunto de las personas».
Esta propuesta, que modifica el texto aprobado el pasado 29 de diciembre, ha contado con el apoyo de PNV, hasta sumar 186 escaños mientras que el PP y CC se ha abstenido y ERC, IU, ICV, BNG, NaBai y UPyD han votado en contra.
Por contra, los votos particulares presentados por ‘populares’, minorías de izquierda y UPyD para hacer explícito el rechazo del Congreso al retraso de la edad de jubilación no prosperaron. El PP también se abstuvo en todos ellos, salvo en el suyo.
El PP intentó lograr una votación separada de los puntos del informe para reforzar que se desmarcaba del pacto entre PSOE y CiU, si bien el PSOE utilizó su mayoría para frenar esta posibilidad.
Tampoco prosperó el voto particular del PNV que reclamaba que se reconozca la posibilidad de que las comunidades autónomas utilicen «sistemas singulares o especializados» de gestión de las pensiones, sin afectar los principios de solidaridad y de la igualdad de derecho de todos los ciudadanos para acceder «en igual cuantía» a las prestaciones públicas.
La única propuesta aceptada por todos los grupos, entre las veintisiete modificaciones planteadas, fue la presentada de manera conjunta para hacer explícito el compromiso de los grupos en favor de la defensa del mantenimiento y mejora del sistema público de pensiones «basado en el reparto y la solidaridad».
El presidente de la Comisión del Pacto de Toledo, Juan Morano, ha abierto el debate señalando que el informe la Comisión marca las principales adaptaciones para el sistema de pensiones necesarias para garantizar su «sostenibilidad financiera.
Caldera: Los incentivos voluntarios no funcionan
En su estreno en la tribuna como portavoz socialista en materia de pensiones, Jesús Caldera, ha remarcado que en los próximos 35 años el sistema de pensiones dará entrada a 22 millones con una media de supervivencia de 24 años, el doble de lo anotado en los 35 años anteriores, lo que justifica las reformas para garantizar la sostenibilidad de las pensiones.
En este sentido, ha recordado que la anterior reforma, que se hizo cuando él mismo ocupa la cartera de Trabajo, ya plantean incentivar el retraso voluntario de la jubilación, pero sólo se han acogido a esta posibilidad el 3% de los potenciales beneficiarios. «Por eso creemos que hay que ir más allá», ha asegurado, señalando que así se lo ha indicado a sus propias hijas.
Por su parte, el portavoz del PP, Tomás Burgos, ha advertido de que la reforma de las pensiones no pude limitarse a «mover las fichas» a la «desesperada» y el Gobierno debe tener en cuenta las recomendaciones del Pacto de Toledo, que en su mayoría cuentan con el respaldo ‘popular’, salvo el «injusto» retraso de la edad de jubilación, que implica un recorte del 20% en las prestaciones.
