España se sitúa como séptima economía más atractiva para los inversores extranjeros entre los países desarrollados y emergentes con los que compite para captar inversión extranjera directa (IED), con una media de 46.000 millones de dólares anuales durante los último cuatro años, según ESADE.
Así se recoge en el informe de la escuela de negocios española ‘Análisis Comparativo del Atractivo de España para la IED’, que sitúa en los primeros puestos a EE.UU., Reino Unido y China.
Entre las características que erigen a España como receptor de inversión, se encuentran su entorno global favorable para los negocios, infraestructuras, fuerza laboral con alta capacitación profesional, mercado doméstico dinámico y un entorno que favorece la atracción de talento y las actividades de I+D.
Sin embargo, España queda en una posición menos ventajosa en el empleo, con una alta tasa de paro, la flexibilidad laboral, la seguridad jurídica y el coste de los alquileres de oficinas.
Además, ocupa la quinta posición en situación en ‘stock’ de IED y se encuentra en sexta posición en atracción de proyectos intensivos en actividades de valor añadido.
