La «tasa Tobin» que defiende la creación de una tasa sobre las transacciones financieras, diseñada específicamente para luchar contra las transacciones especulativas, está hoy más cerca de convertirse en una realidad palpable.
Y es así, porque la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso ha aprobado con los votos en contra de PP y CiU una proposición no de ley que defiende la creación de esta tasa, que podría traducirse en un tipo impositivo que «disuada» a los inversores de realizar «operaciones únicamente especulativas».
El texto de la iniciativa insta al Gobierno a situar como «prioridad política» de sus participaciones en el Ecofin, el Consejo Europeo y las reuniones del G20 el impulso a esta tasa, proponiendo un «calendario concreto» para su aprobación.
Sin embargo, el diputado socialista Manel Mas ha pactado con la representante de ICV, Nuria Buenaventura, una enmienda que precisa que el Ejecutivo español actuará en todo caso «coordinándose adecuadamente con la comunidad internacional», de forma que no adaptará decisiones unilaterales.
Aun así, el ‘popular’ Ramón Aguirre ha señalado que se trata de una iniciativa «desenfocada» porque sólo propone «más impuestos» contra un escenario financiero de crisis en España, y ha aprovechado para arremeter contra el Banco de España.
El diputado de CiU, Josep Sánchez LLibre, también ha remarcado su oposición frontal a una medida «radical y muy de izquierdas» que, de prosperar y hacerse efectiva perjudicaría a los consumidores y a los ahorradores por la creación de un «impuesto más» para «quedar bien ante la galería». «No nos gustan estas iniciativas de escaparate», ha remarcado.
La proposición no de ley plantea que se fomenten «medidas legales y administrativas concretas» que permitan la lucha contra los paraísos fiscales o centros financieros para no residentes, propuestas todas ellas que habían sido rechazadas ya en dos ocasiones por la Cámara Baja con los votos de PSOE, PP y CiU.
Pero este nuevo debate se ha producido dos semanas después de que el pleno de la Eurocámara pidiera a la Unión Europea que introdujera en solitario una tasa a las transacciones financieras internacionales, a semejanza de la tasa Tobin, que según sus cálculos generaría unos ingresos de 200.000 millones de euros al año y pondría freno a la especulación.