Los españoles ganan un 60% menos que la mayoría de sus compatriotas europeos. Con un salario bruto que ronda los 22.000 euros anuales, el poder adquisitvo de los españoles queda lejos de los 35.000 euros que se gana de promedio los países del viejo continente. Según asegura la consultora Michael Page, la evolución de los salarios en nuestro país es sin embargo bastante optimista, ya que crecieron en 2,8% en 2010 frente al 1,9% de la media europea.
Lo que no varía es la reducción de las ofertas de empleo en España, con un 40% menos de posiciones ofertadas en el mercado en 2010 respecto a 2007. Aún así, las ofertas que hay actualmente se caracterizan por ser «mejores» que las de antes, siendo, en la mayoría de los casos, para proyectos sólidos y compañías estables.
Como consecuencia de esta reducción se ha generado una concentración de ofertas a nivel regional, de forma que el 50% de las ofertas de empleo cualificado se concentra en Madrid y Barcelona.
Por otro lado, Michael Page estima que la normativa laboral hace el mercado de trabajo español «muy rígido», hasta el punto de que lo sitúa como el segundo país en Europa más exigente tras Letonia. Otra de sus taras es la contratación temporal, que supone el 24,5% de los contratos que se firman al año.
La firma observa también en su análisis un aumento de la externalización de los procesos de selección. Un 35% de empresas que delegan las funciones de recursos humanos a empresas externas, en la mayoría de los casos a compañías multinacionales (65%).
En este contexto, existe una escasa demanda de talentos (1 de cada 4 corresponde a una posición media o directiva), hay una rotación reducida de los directivos, que permanecen normalmente una media de 8 años en su puesto, y una escasa movilidad laboral. «Se trata de un mercado aún muy conservador y poco maduro en la contratación de ‘headhunters’, en el que el 50% de los procesos de selección se cierran con ‘conocidos’», aseguran.