El crédito concedido para la compra de viviendas no ha descendido desde 2007, con la crisis en pleno envite. ¿Qué está pasando aquí? La renegociación de las condiciones hipotecarias parece ser el motivo. Es decir, ante el miedo a que se produzcan impagos, las entidades están apostando por alargar los plazos de pago, extender la duración de la hipoteca, hasta 80 meses de media. Es decir… ¡siete años!
Esta flexibilidad no es aconsejable, según el director del departamento de estructurados financieros de Fitch , Juan David García, que ha aprovechado un foro inmobiliario para dar a conocer su posición respecto a estas estrategias. Para la agencia, estas medidas equivalen a estar en situación de impago y a asumir mayores riesgos incluso y se muestra muy preocupada por ello, por «la falta de información y de sostenibilidad en el medio plazo» que conllevan «las soluciones de información y sostenibilidad en el medio plazo».
Los 80 meses de media que se están alargando los préstamos resultan ser «un plazo excesivo», ha reseñado García. «Está bien que se ofrezca flexibilidad ante los problemas, pero un plazo tan largo demuestra una debilidad manifiesta del deudor» que hace poner en duda la recuperación de la deuda, continúa el analista.
El número de renegociaciones hipotecarias ha ido «in crescendo» en paralelo al aumento del paro. Del informe de Fitch, sin embargo, se desprende que la banca está manteniendo artificialmente del crédito hipotecario para evitar reconocer impagos.
Una práctica que ya se venía dando con las promotoras inmobiliarias y que se estaría extendiendo ahora a las familias. Así lo reflejan las cifras del Banco de España: el volumen de crédito para la compra de vivienda no ha descendido desde 2007. De hecho, ha aumentado. De los 591.546 millones de euros de inicios de 2008 se ha pasado a 614.432 millones en 2011.
Parece ser pues que los 118.000 embargos registrados en 2010 son una gota en el océano de 15 millones de créditos hipotecarios que los expertos estiman que hay en España. Fitch teme, sin embargo, que la subida de tipos iniciada por el Banco Central Europeo multiplique los embargos y las renegociaciones en los próximos meses.