La gran mayoría de las pequeñas y medianas empresas chinas están teniendo graves problemas de falta de crédito, es por ello que el Consejo de Estado chino ha aprobado un plan de choque para ayudarlas. El plan incluye apoyos financieros y fiscales. Además, le están metiendo presión a los Bancos para que aumenten los créditos para los pequeños negocios, ya que en los últimos meses muchas entidades han rechazado prestar a las pymes, optando por firmas estatales de mayor tamaño.
Por otro lado, han prohibido a los Bancos cobrar tasas de administración, de asesoramiento financiero y otras «cuotas no razonables» a las pymes, según la orden del Ejecutivo presidido por el primer ministro Wen Jiabao. En cuanto a las ayudas fiscales, se aumentarán los umbrales impositivos, y se eliminará durante tres años el impuesto a los contratos a las pequeñas firmas.
La ciudad oriental china de Wenzhou, situada en la provincia más desarrollada del país y que durante años simbolizó el éxito del empresariado privado, se ha convertido ahora en el más claro ejemplo de la crítica situación que viven estas pymes, hasta el punto que unos 80 empresarios de la localidad han huido del país por la imposibilidad de pagar sus deudas e incluso alguno se ha suicidado.
Según el comunicado emitido ayer por el Consejo de Estado, las pymes «juegan un papel insustituible en el crecimiento económico, el aumento del empleo, el impulso a la innovación científica y tecnológica y el mantenimiento de la estabilidad social». Es por ello, que esperan haya una pronta recuperación en este sector.