Quién hubiese dicho que el fenómeno low-cost también acabaría llegando al sector del tabaco, un segmento protagonizado por marcas fuertes con las que fácilmente se identifican los consumidores.
Sin embargo, marcas de cigarrillos low-cost, como Elixir o Excite, están creciendo espectacularmente en los últimos meses, tanto que han pasado de una penetración del 3,31% en enero al 5,75% en mayo.
Fuentes del sector han mostrado su preocupación al considerar que pueden provocar «futuras distorsiones en el mercado», lo que implicaría una nueva guerra de precios.
El avance de las marcas baratas se explica por la modificación de la estructura de impuestos que gravan los cigarrillos aprobada por el Gobierno el 30 de marzo. En concreto, se bajó el tramo «ad valorem» y se elevó el tipo específico en una proporción que conllevó un incremento de precios de entre 20 y 25 céntimos por cajetilla en las grandes marcas, pero no se actualizó el impuesto mínimo como demanda el sector para frenar el avance de las marcas más económicas.
De este modo, se ha duplicado (de 30 a 60 céntimos) el diferencial de precios entre el segmento de cigarrillos más popular (Fortuna, Winston, Lucky Strike), que ahora se comercializa a 4,10 euros por cajetilla, y las marcas de precio más bajo (3,50 euros).
Tras la última modificación fiscal, están proliferando las ofertas por debajo de los 3,55 euros. Así, 37 productos se han colocado en este nivel de precios desde el 1 de mayo (ocho corresponden a nuevos lanzamientos y 29 son reposicionamientos en precio).
