Una de las máximas que suelen escucharse en toda reunión de emprendedores, o de aspirantes a serlo, es lo importante que es la pasión para llevar a cabo una idea de negocio. Si te apasiona lo que haces, reza el lema, tienes muchas más posibilidades de triunfar.
Imbuidos por esta idea, son muchos los aficionados (coleccionistas, apasionados de los libros o las películas, etc.) que piensan que pueden dar el siguiente paso: convertir su hobby en todo un negocio que de beneficios.
El principal problema que tiene este planteamiento que no se acaba de abandonar del todo esa mentalidad de aficionado, de coleccionista; no se abraza del todo el concepto de que en realidad lo que hacemos son negocios en los que tenemos que conseguir el máximo beneficio.
«Toy Hunter» (cazador de juguetes) es un programa de la televisión por cable en Estados Unidos que, según nos cuentan en la revista Entrepreneur, evidencia cómo si somos disciplinados y sabemos qué es lo que queremos sí que podemos realmente vivir de nuestra pasión. De este programa podemos extraer las siguientes lecciones:
Comprar al precio adecuado
Hay que conocer cuánto vale realmente un producto, independientemente de que personalmente estemos dispuestos a pagar un precio superior al del mercado.
Hay que tener en cuenta que si compramos objetos por capricho, porque queremos que durante un tiempo formen parte de nuestra colección y pagamos por ello un precio superior, no vamos a poder venderlo o si lo hacemos, perderemos dinero.
A la hora de comprar un objeto que queremos volver a vender, hay que mirar no con los ojos del coleccionista, sino con los del empresario que debe ganar un margen sobre esa venta.
Cultivar buenas relaciones con nuestros «proveedores»
Una buena relación con nuestros proveedores (pueden ser otros coleccionistas, pequeñas tiendas, etc.) es al principio más importante que obtener grandes beneficios.
No tienen ningún sentido intentar «engañar» a otro coleccionista, sobre todo si tenemos intención de volver y poder adquirir material de forma regular. Una buena relación nos va a garantizar que nos reservan los productos más interesantes, las rarezas, productos que a lo mejor no se ponen a la venta «al público».
Marketing
Existen determinadas compras que sólo podremos hacer si ya conocemos a alguien que esté interesado en hacerse con lo que le podemos vender.
Dicho de otra forma, tan importante es tener un buen «fondo de armario», como saber actuar como intermediarios entre compradores y vendedores, hacernos un nombre en nuestro nicho, de forma que sea a nosotros a quienes llamen cuando los unos, buscan a los otros.
Cash Flow
De lo anterior se deduce que debemos saber mantener un equilibrio entre nuestro stock, los productos que tenemos únicamente porque actuamos como intermediarios (ya tenemos un comprador) y el capital disponible para poder pagar nuestras facturas en caso de que tengamos un bache.
Especialización
El área del coleccionismo es tan amplia que no podemos ni mucho menos, aspirar a dominarla por completo.
Si somos apasionados de los trenes, no intentemos entrar en el negocio de las monedas, por decir un ejemplo.
Especializarnos en uno o dos campos nos va a ayudar a dominar un nicho de mercado y convertirnos en esa referencia de la que hablábamos antes.
