Según cálculos de Facua-Consumidores en Acción, el recibo de la luz cuesta actualmente un 12,4% más que en enero, cuando el consumidor medio pagaba 8,39 euros menos al mes que ahora. En términos interanuales, con el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor del pasado mes de noviembre, el usuario medio paga un 1,8% menos que en igual mes de 2013.
Según Facua, desde el pasado mes de agosto las tarifas son más caras que cuando para su fijación «mediaba la subasta eliminada por el Gobierno el pasado enero«. La organización de consumidores ha pedido al Gobierno que ponga fin al «oscuro» sistema tarifario que ha puesto en marcha y asuma la sentencia dictada el 23 de octubre por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en la que se indicaba que los usuarios de luz y gas deben ser informados de las subidas tarifarias antes de que entren en vigor, «algo que no ocurre en España».
Según los cálculos de la asociación, el usuario medio pagaba 67,62 euros en enero de este año, un 16% menos que en enero de 2013, así como 66,33 euros en febrero y marzo (-17,6%), 63,98 euros en abril (-14,4% interanual), 71,46 euros en mayo (-4,4%), 75,31 euros en junio (+0,7% más), 73,88 en julio (-2,4%), 75,87 euros en agosto (+1,4%), 80,63 euros en septiembre (+7,8%), 80 en octubre y 76,01 en noviembre (-1,8%).
Los importes indicados para las facturas del usuario medio en los tres primeros meses del año incluyen el descuento aplicado con posterioridad a las tarifas que se habían aprobado de forma provisional. En los once primeros meses del año, el precio medio mensual por cada kilovatio hora (kWh) consumido ha sido de 13,93 céntimos en enero, frente a 12,76 en febrero, 12,76 en marzo, 12,12 en abril, 14,17 en mayo, 15,22 en junio, 14,83 en julio, 15,37 en agosto, 16,67 en septiembre, 16,50 en octubre y 15,41 en noviembre.
En cuanto a las tarifas fijas por cada kilovatio (kW) de potencia contratada, en enero se situaba en 3,78 euros, el precio vigente desde agosto de 2013, cuando el Ministerio de Industria aprobó una subida del 62,8% con respecto a los 2,32 euros establecidos desde abril de 2012.
Cómo ahorrar en la factura de la luz de mi empresa
Teniendo en cuenta estas cifras y que la situación parece que está lejos de solucionarse, las empresas pueden tomar una serie de medidas con el objetivo de reducir lo máximo la factura de la luz todos los meses.
Ajusta la potencia
Reducir la potencia contratada puede permitirnos cambiar de tarifa, bajando un escalón en precios, algo que se traduce directamente en la factura de la luz. Si la reducción no permite bajar la tarifa se notará algo menos, pero también sería beneficioso.
Para saber si nos conviene reducir, debemos tener en cuenta si solemos quedarnos sin luz por sobrecarga o si tenemos muchos aparatos eléctricos de alto consumo funcionando al mismo tiempo (calefacción, aire acondicionado, estufas, termo de agua caliente, etc.). Si no es así probablemente podamos permitirnos bajar.
Elimina el Stand by
Mucha gente lo subestima, pero el stand by puede suponer un gasto equivalente a un mes de consumo de luz. Muchas veces es difícil apagar totalmente los aparatos eléctricos de una empresa (a veces directamente imposible porque hay algunos sin botón de off) pero existen soluciones.
Una puede ser conectarlos a regletas de enchufes con botón de apagado y otra colocar temporizadores los aparatos en los que sea más eficaz hacerlo (termos, climatizadores, etc).
Cuida la iluminación
Toda empresa necesita estar bien iluminada, pero bien no tiene por qué significar mucho. Utilizar luces led o bombillas de bajo consumo puede ser una muy buena inversión.
También es importante adaptar la iluminación a nuestras necesidades y no malgastar energía eléctrica manteniendo iluminados accesos, pasillos y zonas similares. Lo ideal aquí es instalar detectores de presencia o simplemente intentar utilizar estas luces solo cuando sea necesario.
Plantéate un outsourcing de energía
Si tienes una empresa de cierto volumen y por tu actividad crees que es importante controlar e ir mejorando tu consumo de energía, nada mejor que contratar un servicio de outsourcing de energía. Hay comercializadoras eléctricas y empresas especializadas que ofrecen este tipo de servicios, analizando consumos y proponiendo mejoras de forma periódica.