Apostar por Facebook es desde luego un gran forma de dar a conocer nuestra marca, pero también es estar al dictado de unas normas que pueden cambiar de forma más o menos arbitraria y que pueden echar por tierra buena parte del esfuerzo que nuestra empresa ha llevado a cabo en esta red social. Esto seguramente es lo que están empezando a pensar algunas empresas que empiezan a comprobar cómo los cambios que anunció la red social a finales del año pasado, están empezando a hacerse notar.
¿De qué cambios hablamos? En diciembre del año pasado, sin hacer demasiada publicidad, Facebook anunció que a partir de enero de este año iban a cambiar su algoritmo con el objetivo de favorecer aún más a las marcas que pagasen por publicidad, mientras las empresas que optasen por no hacerlo iban a comprobar cómo sus novedades iban a ir perdiendo relevancia en los muros de los usuarios.
Y aunque estos cambios van a afectar de forma general al contenido de tu página en esta red social, van a «cebarse» con algunos contenidos muy determinados, como:
- Posts que animan a los fans a comprar un producto.
- Posts que animan a los fans a participar en promociones y concursos.
- Posts que reutilizan los contenidos empleados en los anuncios que posteriormente se han posicionado en la red social.
Estos cambios ya han conseguido que muchas marcas que actualmente no están pagan por publicidad en Facebook, hayan comprobado cómo el tráfico y la actividad en su página ha disminuido más que considerablemente, esgrimiendo un «¿Para eso estamos en Facebook?»
Y sin embargo un buen community manager sabe adaptarse al cambio y entiende que con algunos cambios en su trabajo en esta red social, va a seguir mereciendo la pena la inversión en social media. Porque a pesar de que Facebook priorice a los anunciantes, el resto todavía puede utilizar este canal para muchas cosas.
Descubrimiento de marca
Con más de 1.000 millones de usuarios, es probable que algunos de ellos busquen nuestra marca en Facebook. Y estar es completamente diferente a no estar. Si ya no tiene tanto sentido promocionar nuestros productos (sin pagar), sí que sigue teniéndolo utilizar la página para contar nuestra historia, promocionar nuestro blog corporativo y crear imagen de marca.
Servicio de atención al cliente
Para muchas cosas, el servicio de atención al cliente de muchas marcas se ha trasladado a la web social. El poder tener un feedback casi automático o el que las reclamaciones sean visibles también para otros usuarios, son algunas de las razones que llevan a los consumidores a escoger canales como Facebook o Twitter para plantear sus reclamaciones.
Por otro lado también el buen trabajo en este campo de la empresa consigue un efecto viral, la conversación abandona el canal puramente bidireccional y se amplifica, volviendo (si se hacen bien las cosas) a contribuir a crear una buena imagen de marca.
Pagar por publicidad
Lo sabemos, es duro tener que pagar por lo que un día fue gratuito, pero son las reglas del juego. En el lado positivo de la balanza, lo cierto es que las campañas de publicidad en Facebook funcionan bastante bien. Si buena parte de nuestra audiencia objetiva se encuentra en esta red social, descubriremos que es fácil de segmentar y llegar a los nichos de potenciales consumidores que más nos interesan.
Por otro lado, tal y como nos contó el año pasado Nerea Llorca (responsable de pymes de Facebook), las pequeñas empresas tienen a su disposición el programa “Camino al éxito”, un programa de formación gratuito que entre otras cosas les permite poner en marcha su primera campaña publicitaria en esta red social, asesorados por expertos en la materia.
Durante años Facebook se ha abierto a las empresas ofreciéndoles un servicios gratuito. Ahora, la red social capitaneada por Mark Zuckerberg ha decidido que si las empresas quieren sacar el máximo partido van a tener que pagar. Es un lo tomas o lo dejas, pero sigue mereciendo la pena.
