30 segundos, o lo que es lo mismo, el tiempo que supone un trayecto de ascensor. Ese el tiempo del que dispone un empresario o emprendedor para responder a un curioso desconocido con el que casualmente ha coincidido y le ha preguntado: usted, ¿A qué se dedica?
Existen multitud de empresas, muchas de ellas muy similares en cuanto a servicios, calidad y tarifas. Por ello, destacar se convierte en una necesidad no sólo para el crecimiento de una compañía, sino para su propia supervivencia. Puede parecer un periodo de tiempo muy escaso esos dos minutos, pero bien aprovechados pueden suscitar el interés de quien nos escucha y generar un interés por nuestro proyecto. Conseguirlo no es nada fácil, pero lograrlo no es imposible.
El principal error que se comete es que nos centramos en vender nuestros productos o servicios, y tal deberíamos pensar en qué puede resultarle útil o beneficioso de mi empresa a quien me está escuchando. En definitiva, qué le puedo aportar. Si estás preparado para generar negocio en tus ‘viajes de ascensor’ debería tener en cuenta algunas de las claves que nos aportan desde Negocios&Networking.
Prepara un esquema
Organiza las ideas que quieres transmitir (los expertos no aconsejan más de tres) y organízalas en función del tiempo que dispones. Ten clara la idea que quieres que recuerde el auditorio y cómo vas a hacerlo.
Claridad y concisión
Los niveles de atención cada vez son más bajos, por tanto no divagues, cuenta lo que tengas que decir de forma clara y sin rodeos.
Ejemplos
Los ejemplos son la mejor herramienta para aclarar un concepto. Apóyate en ellos para explicar aquello que consideras importante. Además, está demostrado que los ejemplos se retienen con más facilidad en el oyente que la propia información.
Comienza con un inicio rompedor
Los primeros instantes son fundamentales porque es donde tienes que conseguir captar la atención. Por eso, un inicio impactante hará que consigas una escucha activa en el espectador. Salta de un inicio manido y comienza con una historia que impresione, un caso real o algo que sirva como ejemplo y de hilo conductor para tu presentación.
Interactúa con el público
Lánzales preguntas, mira a los asistentes… en definitiva, genera y construye un feedback con tu público. No te olvides que te estás dirigiendo a personas, y casi todas ellas están hartas de que les cuenten rollos, por tanto, cuenta con ellos en tu discurso, se ameno y gánate su interés.
Utiliza tus gestos
La comunicación no verbal también comunica, y dice mucho de la persona. Por tanto, no seas un busto parlante, utiliza tus gestos para apoyar tu discurso, como ejemplo a la hora de enumerar algo. Sin embargo, ten cuidado, el nerviosismo puede jugarnos una mala pasada y hacer que nuestro cuerpo comience a hacer gestos sin control. Si esté es tu caso practicar delante del espejo puede ser una solución.
En definitiva, no importa el tiempo que tengas, importa qué es lo que cuentas, y fundamentalmente, el cómo lo cuentas. Esta parte es la clave para conseguir el objetivo de toda presentación: que el receptor salga del ascensor con nuestra idea en su cabeza, y tú con su tarjeta de contacto para concertar una cita la próxima semana.