Según revela el informe «Global CEO Outlook» elaborado por KPMG a partir de una encuesta a 1.278 CEOs de España, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, China, India, Japón y Australia, el 70% de los primeros ejecutivos españoles de grandes empresas confía en crear empleo en los próximos tres años. De ellos, un 48% aumentará su plantilla entre un 6% y un 10%, un 14% lo hará entre un 11% y un 25% y un 8% por debajo del 5%.
Según este estudio, los 50 primeros ejecutivos de las principales empresas españolas consultadas han sido los segundos más optimistas del mundo, tras los chinos, sobre la previsión económica de su país durante los próximos tres años. De hecho, nueve de cada diez sienten más confianza que el año pasado en el crecimiento y seis de cada diez han señalado que la recuperación de la confianza ha sido «significativa». «Las expectativas sobre el crecimiento económico global también muestran seguridad en un 80% de los casos.
En cuanto al crecimiento del propio negocio, el 92% asegura sentir más confianza que hace doce meses. En este sentido, un 22% de los primeros ejecutivo españoles encuestados prevé obtener los mayores beneficios en 2016, mientras que un 30% espera que sus máximos retornos lleguen un año después, en 2017.
Por su parte, la mejora de la confianza es mucho más significativa en Europa que en Estados Unidos. De acuerdo con esta encuesta, sólo un 19% de los primeros directivos de Estados Unidos expresan confianza en el crecimiento de su propio negocio, frente al 70% de los europeos y el 68% de los consejeros delegados asiáticos.
El informe también desvela que la búsqueda de nuevas estrategias de crecimiento será la prioridad número uno para el 52% de los líderes ejecutivos españoles, seguida de la reducción de la estructura de costes y el fomento de la innovación. En cuanto a riesgos, los principales ejecutivos creen que los más importantes en el corto plazo serán los riesgos estratégicos, operacionales y de cadena de suministro, seguidos del riesgo de tecnologías emergentes. Por otra parte, sólo un 28% de los primeros directivos reconocen estar plenamente preparados ante un potencial ciberataque.