El Instituto de Innovación Social de Esade reveló la importancia del espíritu emprendedor entre las mujeres y su propensión a convertirse en empresarias para dejar de trabajar por cuenta ajena o para salir de una situación de paro.
Mientras que los hombres utilizan los microcréditos principalmente para ampliar o consolidar una empresa ya existente, las mujeres los usan para iniciar nuevos proyectos. En el 40% de los casos, las mujeres destinan el préstamo para financiar el 100% de la inversión necesaria para abrir la empresa, mientras que a otro 36% les ha permitido pagar más del 50% de los gastos realizados.
Con respecto a la edad, el grupo más numeroso de empresarias, el 44%, está en la franja entre los 36 y los 49 años, una proporción muy similar a la detectada en el caso de los hombres (el 47%). Contrariamente, apenas se encuentran mujeres mayores de 65 años entre los usuarios de microcréditos, y las menores de 36 años representan prácticamente un tercio del total.
A pesar de que los negocios creados por mujeres con microcréditos son iniciativas de autoempleo en un porcentaje muy elevado, lo cierto es que están ganando peso los proyectos que dan un empleo a más personas, además del emprendedor. Así, el 48% de los negocios emplean sólo al beneficiario del préstamo y un 27% han hecho posible contratar a otra persona, cuando dos años atrás esta última cifra se situaba en el 18%.