El gigante surcoreano presentó en sociedad su concepto de smartphone con pantalla flexible, un dispositivo con el que Samsung ha seguido las pautas que vimos en algunas patentes del rumoreado Surface Phone de Microsoft, que apuntaban directamente a la idea de un teléfono inteligente capaz de convertirse en tableta.
La idea de crear equipos dos en uno ha tenido un gran éxito en el sector portátil. Podríamos poner muchos ejemplos, aunque Surface de Microsoft es sin duda el más representativo. Con este precedente es comprensible que los principales fabricantes quieran llevar esa idea al sector smartphone, y como ha confirmado Samsung las pantallas flexibles son la pieza clave que permiten crear dispositivos móviles que podemos calificar como «dos en uno».
El modelo que presentó Samsung puede trabajar como un smartphone al estar plegado. En ese modo su pantalla es de 4,58 pulgadas, pero cuando se abre su pantalla se amplía y pasa a ser de 73, pulgadas, suficiente para llegar al nivel de lo que podemos considerar como una tableta de pequeño tamaño.
Para un profesional este concepto puede tener un gran valor, ya que le evitaría tener que llevar encima un smartphone y una tableta y le permitiría unificar su trabajo sobre un único dispositivo. Si el soporte a nivel de software es lo bastante bueno la idea del teléfono inteligente convertible en tableta podría acabar marcando un importante punto de inflexión en el sector.
Habrá que esperar al lanzamiento de los primeros modelos para ver qué posibilidades reales ofrecen y si éstas justifican o no su alto precio. Se comenta que el smartphone flexible de Samsung costará unos 1.770 dólares, un precio muy alto que solo tendrá sentido si dicho terminal ofrece un buen abanico de prestaciones y un alto rendimiento.