El gigante de Cupertino presentó ayer el nuevo MacBook Pro de 13 pulgadas, un equipo que mantiene la línea y los acabados de la generación anterior y que centra los cambios importantes en el hardware.
La primera novedad que trae el MacBook Pro de 13 pulgadas es también la más importante, el salto a los procesadores Intel Core de décima generación basados en la arquitectura Ice Lake, y fabricados en proceso de 10 nm+. Apple ha decidido mantener dos configuraciones con procesadores Intel Core de octava generación, que coexisten con otras dos configuraciones basadas en la serie Ice Lake.
Los procesadores Ice Lake Core i5 y Core i7 que utiliza el nuevo MacBook Pro de 13 pulgadas vienen en configuraciones CPU de cuatro núcleos y ocho hilos, y cuentan con GPUs integradas de nueva generación basadas en la arquitectura Gen11. En términos de potencia bruta se ha producido un salto considerable frente a la generación anterior.
Otra novedad que debemos tener muy en cuenta está en la introducción del Magic Keyboard, el mismo teclado con mecanismo de tijera que vimos en el MacBook Pro de 16 pulgadas, y que supone el final del teclado con mecanismo de mariposa que Apple había venido utilizando hasta ahora. Por último también se ha doblado la capacidad de almacenamiento de la configuración base del MacBook Pro de 13 pulgadas, que sube de los 128 GB a los 256 GB.
El modelo más económico viene con un Core i5 de octava generación con cuatro núcleos y ocho hilos a 1,4 GHz-3,9 GHz, modo normal y turbo, suma 8 GB de RAM, incluye una unidad SSD de 256 GB, monta una pantalla Retina de 13 pulgadas, Touch Bar y Touch ID, teclado Magic Keyboard y tiene dos puertos Thunderbolt. Su precio es de 1.499 euros.
Si nos vamos al modelo más avanzado y lo configuramos al máximo el precio sube hasta los 4.379 euros. A cambio ofrece un procesador Core i7 de décima generación con cuatro núcleos y ocho hilos a 2,3 GHz-4,1 GHz, modo normal y turbo; 32 GB de LPDDR4X a 3.733 MHz y una unidad SSD de 4 TB.