El objetivo de la banca de una oficina «sin papeles» se ha acelerado tras los últimos acontecimientos. Las ventajas son dobles. Por una parte se minimiza el impacto medioambiental y reducir costes, y por otra, ayudará a implementar el uso de la firma digital de documentos.
La firma digital en el sector bancario contempla un amplio rango de procesos y documentos a firmar como: apertura de cuentas, contratación de tarjetas de crédito, fondos de inversión, renovación de contratos, cambios de cuenta, aceptación de condiciones generales, mandatos SEPA o los préstamos para particulares y pymes.
En el caso de los bancos, que operan a través de grandes redes de sucursales, la digitalización de sus procesos permite una mayor eficiencia y ahorro en costes, como consecuencia del abandono del uso del papel, costes de gestión de documentos, reducción de la intervención humana, entre otras.
Uno de los principales desafíos de las entidades de crédito tradicionales es su adaptación para poder ofrecer servicios avanzados y de calidad a sus clientes, lo que les obliga a reforzar su digitalización y extenderla a la firma de documentos, que es una parte fundamental de su actividad, acelerando estos procesos y mejorando la experiencia de sus clientes.
Ventajas de la firma digital en el sector bancario
Además de reducir costes y el impacto medioambiental, la firma digital ofrece multitud de ventajas para los bancos: aporta una mayor seguridad, simplifica y automatiza procesos; mejora la experiencia del cliente y, por ende, la relación con los socios comerciales; contribuye a ahorrar tiempo de gestión y mejora la imagen de marca corporativa.
El auge progresivo de las fintech, aumentan la competitividad en el sector y para la banca tradicional supone acelerar su transformación digital para optimizar su gestión y mejorar la relación con los clientes, ofreciendo valores añadidos como la accesibilidad y la conveniencia de los servicios que proponen.
La seguridad es un elemento clave en la comercialización de productos bancarios y la mejor manera de evitar riesgos innecesarios y reducir infraestructuras es contratar un proveedor de servicios de firma electrónica que garantice la seguridad y la fiabilidad de las transacciones.
“La incorporación de la firma digital en la banca -comenta Alberto Redondo, director de Marketing & Mass Market de SERES para Iberia y LATAM- permite a las entidades financieras ofrecer servicios más ágiles y seguros, formalizando en minutos contrataciones que ahora tardan días, y evitando desplazamientos, ya que el servicio se puede ofrecer en cualquier lugar y momento a través de cualquier dispositivo conectado a Internet”.