La desinversión puede ser una gran oportunidad para que una pyme dé un salto de nivel, acceda a nuevos mercados o consolide su crecimiento, pero al mismo tiempo puede convertirse en una odisea para los socios si no se planifica bien.
Evita problemas
Desde su experiencia de más de 10 años invirtiendo más de 85 millones de euros en empresas en expansión, Alter Capital, gestora de fondos de private equity andaluza especializada en la inversión en pymes, identifica los principales errores que deben evitarse para asegurar una venta exitosa.
- Abordar el proceso sin planificación previa: intentar vender por necesidad o urgencia, sin haber preparado la empresa para ello, es un error común. La desinversión debe ser parte de la estrategia de la compañía desde el principio, no una reacción improvisada. Suele ser importante reflexionar sobre el perfil del comprador objetivo (industrial o financiero), identificando las sinergias de dicho comprador, antes de lanzarse a un proceso. Esto no incluye sólo al perfil de la compañía sino a su posicionamiento geográfico. En la mayor parte de las transacciones, cuando una pyme es un activo estratégico para otra compañía, se puede conseguir una prima extra en la venta.
- No asesorarse por expertos: afrontar un proceso de desinversión sin apoyo legal, financiero y estratégico especializado puede conllevar errores costosos. En ocasiones es contar con un socio profesional que ya conozcan estos procesos, en otros casos, rodearse de asesores que conozcan el mercado, los tiempos y las prácticas habituales en este tipo de operaciones es clave para maximizar el valor y cerrar con éxito.
- Centrar toda la operativa en el fundador: empresas excesivamente dependientes del empresario o equipo fundador resultan menos atractivas para un comprador. Si el negocio no puede operar de forma autónoma, su valor o los compradores potenciales se reducen. Construir un equipo directivo con capacidad de gestión y delegar funciones estratégicas son pasos clave para preparar una buena salida. Las empresas que no cuentan con comités de dirección, reporting regular o prácticas de buen gobierno están en desventaja. El comprador busca continuidad, escalabilidad y capacidad de adaptación. Implementar buenas prácticas de gestión profesional refuerza la confianza y multiplica el interés de potenciales compradores.
- No contar con un equipo financiero sólido: muchas pymes, incluso con facturaciones por encima de los 10 millones de euros, no tienen un director financiero. La ausencia de una estructura financiera interna dificulta la elaboración de informes analíticos fiables y complica el diálogo con potenciales compradores. La información financiera clara y ordenada por línea de negocio es la base para una valoración realista y sobre todo para generar confianza.
- No tener ordenadas las cuentas antes del proceso: llevar a cabo un proceso de venta con una contabilidad desorganizada, inconsistencias en balances, falta de trazabilidad en los datos o sin una contabilidad analítica puede frenar una venta en seco. Una pyme que quiera vender debe presentar una foto financiera limpia, ordenada y actualizada, y para ello es importante preparar previamente un adecuado cuaderno de venta.
“En muchas ocasiones, merece más la pena organizar la compañía para una venta, que lanzarse directamente a vender. Cuando una empresa compradora se acerca a otra, la confianza que genera que esta tenga un reporting trazable por línea de negocio, que exista un equipo directivo que no dependa del fundador o que exista un socio profesional, puede marcar la diferencia, no tanto para maximizar el valor, sino para hacer real una venta”, señala Irene Díez Gómez, directora de inversiones en Alter Capital.
“Es obvio que cuanto mayor es la compañía mejor compite y por tanto mejor se valora en el mercado, es decir, más cara se puede vender. Pero por otro lado, contar con un socio profesional también aporta al resto de socios tranquilidad. Ya no sólo a la hora de negociar una transacción donde nosotros como socios nos involucramos de lleno, sino que potenciales compañías que se acercan a tantear una compra evitan marear al equipo directivo y a los socios que estén en el día a día cuando ya hay un socio como nosotros”, concluye.
