Una de las primeras necesidades que se nos presentan a la hora de poner en marcha nuestro propio negocio es la de contar con los servicios de un abogado o una empresa de servicios legales que nos represente.
No obstante, como en tantos otros casos, el mundo de los servicios jurídicos es cada vez más especializado por lo que no siempre es fácil determinar qué persona o empresa es la más adecuada para cubrir nuestras necesidades sin que la factura por servicios prestados se dispare innecesariamente.
Es verdad que cada vez son más las pequeñas empresas que cuentan con los servicios de empresas especializadas en ofrecer servicios jurídicos a pymes y autónomos. No obstante, el responsable de una pequeña empresa no debería confiar su representación legal a un tercero «a ciegas». Antes que nada, debemos de cerciorarnos que almenos y a priori estamos satisfechos con la respuesta que pueden ofrecernos en los siguientes campos:
La búsqueda de un buen abogado
Antes de lanzarnos sobre la oferta más atractiva que aterriza en la bandeja de entrada de nuestro correo electrónico, deberíamos realizar una tarea previa de búsqueda e investigación. Para ello, aunque podemos lanzarnos directamente sobre las páginas amarillas, sin duda la mejor opción es contar con una persona que tenga buenas referencias de contactos de nuestra confianza, o incluso podemos consultar directamente los servicios que suelen ofrecerse en las distintas asociaciones sectoriales, que suelen ser los que mejor pueden entender la forma en la que se va a trabajar en nuestra empresa, cuál es la principal problemática del sector, las cuestiones legales más comunes que se suelen presentar, etc.
¿Qué tipo de abogado necesitamos?
Los abogados, como los médicos o los ingenieros, se han especializado muchísimo en los últimos años. En este sentido, aunque existen abogados con muy buenos conocimientos en representación de empresas, deberíamos optar por un bufete o un servicio especializado en empresas de nuestro sector, que conozcan de cerca la problemática de la pyme. Necesitamos sobre todo que tenga bases sólidasd en áreas como derecho laboral, gestión de la organización, impuestos y fiscalidad, propiedad intelectual, etc.
Dependiendo de nuestras necesidades y del tamaño de nuestra pyme, muchas veces nos bastará con contar con los servicios de una buena gestoría. En otros casos, necesitaremos dar el siguiente paso.
Cercanía
Especialmente los jóvenes y los nuevos emprendedores necesitan durante los primeros meses de vida de su proyecto empresarial una asistencia legal lo más próxima posible. En este sentido, aunque podemos contar con los servicios de una gran corporación, normalmente el trato será mucho más aséptico y menos comprometido con nuestro proyecto que el de una pequeña asesoría que se encuentre en nuestro mismo barrio y con la que podamos contar siempre que lo necesitemos.
Disponibilidad
Otro de los criterios que deberemos de tener en cuenta antes de decidirnos por unos o por otros es la disponibilidad de los servicios que se nos ofrecen. ¿Podemos contactar a cualquier hora del día? ¿Tienen asistencia personalizada por teléfono y correo electrónico?
A veces las asesorías pequeñas tienen tanta carga de trabajo que pueden tardar mucho tiempo en «solucionar» nuestro «problema». Si lo que necesitamos son soluciones «aquí y ahora» tendremos que asegurarnos que el servicio que contratamos nos garantiza una respuesta inmediata.
Comunicación
La relación con nuestro abogado es además de una relación profesional, una relación personal. En este sentido, deberemos valorar cómo es la comunicación que obtenemos. ¿Obtenemos un buen feedback?
¿Es capaz de entender y exponer bien las solución a nuestros requerimientos? ¿Cómo es el trato personal que obtenemos? Quizás este sea uno de los puntos que menos se tienen en cuenta a la hora de contar con este tipo de servicios, pero establecer un buen canal de comunicación en esta área es tan importante como otro tipo de características.
Facturación
¿Cómo y cuánto nos van a facturar? No sólo tenemos que tener en cuenta lo que nos va a costar, sino cómo nos lo van a cobrar. Existen varias modalidades entre las que debemos escoger la que más nos convengan. Algunas empresas ofrecen servicios de «tarifa plana» en la que se incluyen las gestiones más comunes a cambio de un «fee» mensual.
Ésta puede ser la solución para muchas pymes que no requieren de gestiones excesivamente complejas. Sin embargo este tipo de empresas quizás no sean las más adecuadas si tenemos un problema legal de mayor envergadura. Otros nos pueden cobrar por horas empleadas, por servicios concretos prestados, etc.
Referencias
¿Qué servicio ha prestado a otras empresas? ¿Cuál es el índice de satisfacción de los clientes? En el caso de los servicios legales no siempre es sencillo medir de forma objetiva la calidad del servicio que se presta y no es tan fácil encontrar referencias.
Sin embargo, volviendo a lo comentado en párrafos anteriores, una vez más la asociación empresarial de nuestro sector puede ser un gran punto de partida a la hora de encontrar los servicios más recomendables.