La Comisión Europea (CE) se ha mostrado contraria a prohibir los servicios de transporte en vehículos compartidos por particulares como Uber y BlaBlaCar, en plena polémica por la competencia desleal que las asociaciones de taxistas aseguran que representan para su gremio.
Estos servicios de transporte no profesional, que se implantan en distintas ciudades europeas y que ya han sido prohibidos, por ejemplo, en Bruselas, ponen en contacto a particulares y les ofrecen la posibilidad de compartir los gastos de viaje.
Los taxistas profesionales se quejan de que es una actividad remunerada que se lleva a cabo en la sombra y por la que no se paga impuestos, y dicen que no ofrece ninguna garantía a los clientes, mientras que los usuarios aseguran que es una forma más económica de viajar que además beneficia al medio ambiente.
«Nadie dice que los conductores de Uber no deban pagar impuestos, respetar las normas y proteger a los consumidores. Pero prohibir Uber no les da la oportunidad de hacer las cosas bien», señaló el portavoz comunitario de Agenda Digital, Ryan Heath. Según Heath, este tipo de servicios innovadores dan a los consumidores una mayor variedad a precios más competitivos e impulsan el crecimiento económico y el empleo.
Desde las asociaciones de taxistas y transportistas lo ven de otra manera. Hace no demasiado en MuyPymes os contábamos que Fenebús (patornal de empresas de transporte en autobús) había presentado una denuncia ante el ministerio de Fomento, en la que pedía la prohibición o regulación de Blablacar y que los taxistas de nuestro país también se había puesto en pie de guerra contra Uber.