En verano es habitual ver oficinas con la mitad de las mesas vacías. Esto, lejos de suponer un inconveniente, puede ser una gran oportunidad para las empresas para aumentar la productividad y la creatividad de sus empleados.
Remediar esta situación es posible con el método del «Desk Swapping«, que consiste precisamente en acabar con esos espacios vacíos dentro de las oficinas recolocando a los trabajadores que no se han ido de vacaciones.
Una acción sencilla que permite que los empleados no se sientan tan aislados en el desempeño de sus tareas y que, además, facilita que perfiles de trabajadores muy diferentes entre sí se relacionen y pongan en común sus ideas, lo que contribuye a encontrar nuevos enfoques de negocio y a identificar nuevas oportunidades de mercado.
Ese cambio de escenario temporal permite, además, conocer y entender las tareas de otro miembros de la compañía, su manera de pensar, las rutinas del resto de equipos, los obstáculos y las dificultades que enfrentan en su día a día.
En definitiva, lo que, a priori, podría verse como un “simple cambio de mesa”, en realidad es una herramienta muy potente para construir puentes entre los diferentes departamentos y fomentar una cultura empresarial basada en la cooperación y la colaboración entre equipos.