Nueva vuelta de tuerca en la ya conocida como «guerra de los cajeros automáticos«. Hoy 21, de septiembre es el día que había determinado el BBVA para empezar a cobrar dos euros a todos los usuarios de cajeros automáticos que no sean clientes de esta entidad. Sin embargo, parece que de momento no va ser así. La entidad presidida por Francisco González, ha asegurado que aplazará el cobro de esta nueva comisión hasta que el Ministerio de Economía regule esta práctica.
Sin embargo en el mismo sentido, fuentes de la entidad han señalado que les asiste «el derecho del propietario del cajero a cobrar a los no clientes por el uso de sus cajeros». La decisión del Banco se produce horas después de que Economía anunciara que dictará una orden que regule las comisiones que aplican las entidades financieras por el uso de sus cajeros. Un día antes, el Ministerio había advertido que «no va a consentir» las dobles comisiones por el uso de cajeros automáticos de los bancos y dijera que elaboraría normas al respecto.
Horas después, el Banco de España propuso al Tesoro Público que analizase la conveniencia de cambiar la regulación sobre comisiones por utilizar cajeros para que se aclare «taxativamente», en la legislación sobre Transparencia, la imposibilidad de cobrar dos comisiones por la retirada de efectivo de un cajero.
A la vista de los nuevos acontecimientos, en el BBVA han indicado que el banco ha decidido postergar la implantación del cobro de 2 euros por disposición de efectivo en sus cajeros a no clientes «en espera del nuevo marco regulatorio».
El grupo BBVA, que dispone de 7.226 cajeros, ha insistido en que no cobra comisión a los titulares de tarjetas BBVA, Uno-e y Catalunya Bank por disponer de efectivo en cajeros de BBVA ni en los pertenecientes a otras entidades, con lo que sus clientes no pagan en ningún caso doble comisión.
La polémica sobre la duplicidad del cobro de comisiones comenzó la pasada primavera después de que CaixaBank decidiera cobrar una comisión de dos euros a los clientes de otros bancos por el uso de sus cajeros, una política a la que sumaron otras entidades como BBVA y que también prevé aplicar el Santander.
