Cuando hablamos de desigualdad entre hombres y mujeres, muchas veces nos referimos a la diferencia salarial entre unos y otros o cómo las mujeres suelen encontrarse el conocido como «techo de cristal» a la hora de acceder a puestos de mayor responsabilidad dentro de sus empresas. De lo que no se habla tanto es de la conocida como «Pink Tax» o lo que es lo mismo: que las mujeres pagan más que los hombres por determinados productos.
La «tasa rosa» es especialmente evidente en productos básicos de higiene personal, estética o nutrición, pero afecta a casi todos los ámbitos. Comprobar que de forma semi oculta existe este «gravamen» no siempre es sencillo y requiere un concienzudo trabajo de campo para poder demostrarlo.
Es precisamente lo que han hecho los responsables del departamento de consumo del ayuntamiento de Nueva York en las últimas semanas. ¿Su conclusión? Que tal y como expresan en el informe «From Cradle to Cane: The Cost of Being A Female Consumer las mujeres pagan una media del 7% más por los mismos productos que los hombres. O dicho de otra forma: un champú por ejemplo cuyo target sea claramente el público femenino, costará un 7% más que si la audiencia objetiva la forman hombres.
En el estudio se han tenido en cuenta más de 800 referencias de todo tipo, teniendo en cuenta versiones «femeninas» y «masculinas» de productos más o menos genéricos. Vestirse por ejemplo, le cuesta un 8% más a una mujer que a un hombre y el cuidado personal es hasta un 13% más caro.
Pero hasta en un terreno en teoría tan neutro como los juguetes, existen diferencias. Aquellos en principio destinados a las niñas, cuestan un 7% más que los que están pensados para los niños. Si a estos datos se une el hecho de que la brecha salarial se sitúa en torno al 20%, la discriminación económica de la mujer es doble.
En países como Australia, asociaciones como GetUp! aseguran que la «Pink Tax» puede llegar a ser de hasta el 18% y se aplica incluso en artículos tan básicos como los bolígrafos, donde la «versión femenina» de un paquete de bolígrafos BIC puede costar hasta un 5% más que la «masculina». Esto ha llevado a esta ONG a poner en marcha campañas en las que se anima a las mujeres a comprar estas navidades únicamente productos destinados a los hombres y al parecer, está funcionando.
