Con motivo de la celebración del 1 de mayo, día internacional de trabajador, vamos a analizar en Muypymes, los principales problemas que han tenido que afrontar, a lo largo del último año, los trabajadores. Y nos centraremos especialmente en el colectivo que más nos ocupa, los autonómos.
Problemas financieros y económicos
En primer lugar, hay que destacar los problemas de índole económica o financiera, que son los más acuciantes. En muchas ocasiones, los autónomos se ven limitados a la hora de obtener financiación bancaria para sus negocios. El presupuesto en ocasiones reducido de muchos trabajadores por cuenta propia no ayuda. Conseguir una financiación bancaria óptima se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para muchos emprendedores, en especial porque muchos de ellos no han conseguido aún manejarse con soltura a la hora de negociar con los bancos y no logran obtener acuerdos ventajosos.
A eso hay que añadir el frecuente impago de algunos clientes, que dificulta los pagos del IVA y de la Seguridad Social. Los plazos de la Ley de Morosidad tienden a no cumplirse. Hablamos de 60 días estipulados en el sector privado y de 30 días en el sector público.
Y, sobre todo, un gran problema a la hora de lanzarse a emprender es la existencia de la cuota fija de autónomos, independientemente de la facturación que realices. La creación de la tarifa plana de 50 euros ha relajado esta situación durante los primeros 365 días, pero sigue sin ser suficiente, ya que esta es una traba que limita considerablemente, unida al pago del IVA a Hacienda, en ocasiones elevado, y la posible necesidad de contratar un asesor para tener todas las cuentas al día.
Las nuevas tecnologías
Aunque las nuevas generaciones están mucho más familiarizadas con la materia, sigue siendo un reto para muchos autónomos. La realidad es que si los trabajadores no se adaptan a las nuevas tecnologías corren el riesgo de quedarse anquilosados. La falta de conocimientos de marketing digital o de ecommerce también puede suponer un problema si no quieres quedarte descolgado del mercado. En algunas pymes las nuevas tecnologías están poco implantadas por la falta de conocimientos y por la escasez de tiempo para aprender.
Aquí también entra en juego el saber hacer facturas electrónicas y el saber segmentar bien nuestro mercado, que va ligado a experimentar técnicas de marketing. El renovarse o morir al que estamos abocados todos en cualquier negocio que emprendamos.
Escasa protección social
En el caso de los trabajadores autónomos la escasa protección social sigue siendo un gran hándicap. Especialmente, si comparamos su situación con la de los trabajadores por cuenta ajena. La mayoría de los autónomos opta por una cotización mínima, lo que afecta a su futura jubilación o a sus bajas laborales, de manera negativa en comparación con el resto de trabajadores. Además, conseguir cobrar el paro siendo autónomo termina convirtiéndose en muchas ocasiones en una odisea que no siempre termina con resultado satisfactorio.
Conciliación
Es el eterno debate, tan presente en los medios y no sólo por los autónomos. La conciliación de la vida personal con la vida profesional. El hecho de que la protección social del trabajador por cuenta propia sea menor repercute considerablemente en este aspecto. Muchos autónomos no tienen vacaciones pagadas lo que termina provocando que tengan que trabajar más para llevar la cantidad de dinero necesaria a casa. Esto provoca también que tengan que afrontar jornadas laborales interminables. Todos estos factores pueden terminar influyendo en la calidad de vida elevando considerablemente el nivel de estrés.
Falsos autónomos
Han proliferado especialmente a lo largo de los últimos años. Son considerados falsos autónomos aquellos trabajadores que están inscritos en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos pero que realizan sus servicios para un empresa como si fueran trabajadores por cuenta ajena. Se denominan así porque aunque se les considera autónomos, es una situación que en el fondo es irreal, ya que no gozan de cierta autonomía en su trabajo, sino que dependen de las directrices que se impongan por parte del empresario y actúan como empleados, sin llegar a estar dados de alta en la Seguridad Social, por parte de la empresa. Es decir, realizan un trabajo de asalariados sin gozar de los derechos de estos, adoptando las condiciones laborales, de los trabajadores autónomos.
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