El acceso a internet es una puerta a un océano de información que, si bien puede ser de gran ayuda en muchos ámbitos, cuando se trata de medicina puede convertirse en un problema.
Tanto es así que se ha acuñado el término hipocondría digital o cibercondría para definir la tendencia recurrente y obsesiva a consultar en la red información sobre posibles síntomas para comprobar si corresponden a una enfermedad grave.
Esta peligrosa tendencia está en aumento y lleva a algunas personas a autodiagnosticarse e incluso a automedicarse, con el evidente perjuicio que conlleva para la salud no solo física, sino también mental.
Y es que, tener todo tipo de información médica al alcance de un click, puede contribuir a generar estados de angustia, miedo y ansiedad en quienes creen que su diagnóstico se encuentra en los resultados de búsqueda.
“Internet se convierte en un arma de doble filo cuando se trata de información médica. Aunque puede llegar a tranquilizar a algunos pacientes, también puede generar desinformación. El diagnóstico de la enfermedad debe hacerlo siempre un profesional cualificado”, señala Andrea Trujillo, psicóloga de BluaU Sanitas, para quien la telemedicina y la consulta digital puede ser un gran antídoto contra la cibercondría.
«La falta de tiempo para acudir al médico, las limitaciones de movilidad o incluso el miedo a un diagnóstico desfavorable son algunas de las motivaciones que llevan a los usuarios a recurrir a la red para realizar una consulta médica, pero el hecho de contar ahora con la telemedicina acorta los plazos y permite tener a un experto al otro lado del teléfono móvil o tablet sin necesidad de recurrir a páginas de dudosa credibilidad”, añade.
El mundo digital como solución
El mundo digital, por tanto, también aporta solución a este problema. La telemedicina ya es una realidad y permite a los pacientes obtener atención de calidad de profesionales de distintas especialidades, así como un asesoramiento y seguimiento continuo y un diagnóstico rápido y eficaz.
Ejemplo de su efectividad ha sido la crisis sanitaria del Covid-19. La imposibilidad de desplazarse hasta un centro médico durante los meses de confinamiento dio lugar al alza de la demanda de las videoconsultas, especialmente de las psicológicas.
La incertidumbre sobre el futuro, el teletrabajo y confinamiento llevaron a muchas personas a recurrir a servicios de psicología digital para seguir cuidando de su bienestar emocional, como Mente Sana de Sanitas.
En Sanitas, el 15,5% de las consultas realizadas en 2020 se efectuaron mediante esta modalidad, alcanzando más de 640.000 consultas digitales, de las cuales, el 21% fueron realizadas por jóvenes de entre 30 y 39 años.
Entre las ventajas que ofrece la telemedicina destacan un seguimiento continuado del paciente, la comodidad de consulta a través de videollamada sin necesidad de desplazarse a un centro médico, tener el historial médico siempre al alcance u obtener resultados mejorados de pruebas diagnósticas.
La democratización tecnológica ha permitido, además, poner el foco en la prevención de enfermedades gracias a la monitorización de la salud a través del teléfono móvil o dispositivos wearable y el seguimiento continuado por parte de los profesionales médicos.
Gracias a las nuevas herramientas de medicina digital, los pacientes ya pueden medir constantes vitales como la frecuencia cardíaca y respiratoria o la presión arterial y conocer sus niveles de estrés, el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares e infartos o su estado de salud general.
Así, la telemedicina y la digitalización son ya grandes aliados en la prevención y el cuidado de la salud gracias a una experiencia mejorada y personalizada.