La sociedad ha interiorizado que el uso de combustibles fósiles, el consumo masivo o la deforestación aumentan los índices de contaminación. Sin embargo, muchos desconocen el impacto que tiene nuestra huella digital en el medio ambiente. Todavía existen incertidumbres en torno a estos cálculos, pero investigadores de la Universidad de Lancaster y la consultora Small World Consulting apuntan que el uso de Internet podría representar hasta el 3,9% del total de emisiones de efecto invernadero.
Para SiteGround, el proveedor de servicios de hosting especializado, el impacto que nuestra presencia en Internet produce en el medio ambiente puede reducirse significativamente. El año 2021 cerró con más de 1,9 millones de sitios web. Cada vista a una página web puede llegar a generar 1,76g de CO2, esto se traduce en que un sitio con 100.000 visitas al mes emite 2.112kg de CO2 cada año. Sin embargo, la gran mayoría desconoce las soluciones técnicas para hacer un sitio web más sostenible.
En este punto, SiteGround afirma que la optimización es la gran aliada para que cualquier página sea amiga del medio ambiente. “Cuanto más rápido cargue un sitio web, menos energía consumirá y, por ende, menos huella de carbono emitirá. Hablamos de un win-win: optimizar el rendimiento ayuda tanto al planeta como al negocio”, explica José Ramón Padrón, Country Manager de SiteGround en España.
En paralelo a la optimización, la compañía de hosting afirma que la reducción del tiempo de navegación contribuye a ahorrar el consumo de energía. “Esto resulta evidente; cuánto mejor sea la arquitectura de contenidos de un sitio web y más llamadas a la acción se incluyan, menos tiempo invertirá el usuario en cumplir con su objetivo; ya sea comprar, leer, informarse, etc.”, apunta Padrón. Para ello, recomiendan basarse en tres líneas de actuación:
Optimizar la arquitectura de la información
Llevar a cabo un proceso de optimización supone otorgar a cada click una función inequívoca para llevar al usuario a cumplir su objetivo con el mínimo esfuerzo y en el menor tiempo posible. Es necesario eliminar en la web todo aquello que no cumpla una misión específica relacionada con el objetivo de la misma.
Optimización del rendimiento web
La optimización del rendimiento web reduce el tiempo de carga de la web y, con ello, aumenta su velocidad gracias a estrategias de optimización (englobadas en WPO: Website Performance Optimization). Esto supone realizar una reducción drástica del peso de elementos como imágenes, vídeos, comprimir el contenido o usar redes CDN. Todo contribuye a disminuir el consumo de recursos como procesador y memoria RAM y, por consiguiente, la disminución del consumo eléctrico en cada visita de nuestros usuarios
Además, cada visita a un sitio web exige mucha potencia de ordenador y consumo de energía. Los sitios web alojados en un proveedor con un potente caché habilitado son sitios cinco veces más rápidos y reducen el procesamiento del servidor al mínimo.
Aplicar las mejores prácticas de UX
Con el objetivo de reducir el uso de energía, SiteGround recomienda aplicar las mejores prácticas de experiencia de usuario. El recorrido del usuario debe ser sencillo y directo. Este proceso se consigue reduciendo al mínimo el número de distracciones innecesarias de un sitio web que puedan causar confusión a los visitantes o ralentizar sus búsquedas, así como utilizando de forma estratégica llamadas a la acción (CTAs) facilitando a los usuarios su recorrido. También es conveniente ofrecer una experiencia personalizada a los dispositivos más utilizados por los usuarios habituales y optimizar el Checkout en comercios electrónicos, evitando errores en la introducción de datos de pago, entre muchos otros.
Por último, pero no menos importante como vía para conseguir reducir la huella de carbono de los sitios web, es apostar por infraestructura premium en la nube y centros de datos que igualen y equiparen el 100% de su consumo eléctrico con energía proveniente de fuentes renovables, lo que representa una apuesta por la sostenibilidad.
