Si hace unos años, nos hubieran dicho que un jefe podría despedir a un trabajador mediante una red social, muchos hubieran preguntado que es eso de una red social.
Ahora, todo ser medio habituado a Internet conoce Facebook o Tuenti pero no hasta qué punto puede influir en nuestra vida cotidiana.
Lo del jefe que descubre que su empleado la noche anterior estuvo de fiesta y no en la cama con gripe, es más una leyenda urbana que un caso real. Sin embargo, paso a resumir un caso verídico.
Un grupo de cinco jóvenes se quisieron dar un capricho en un lujoso restaurante de Australia. La cuenta fue alta y decidieron marcharse sin pagar. El dueño se percató que la camarera les conocía y le pidió su Facebook. Con cuatro click consiguió dar con uno de los chavales y encontrar sus datos personales. Ni corto ni perezoso decidió dar un escarmiento al muchacho. Llamó a su trabajo y contó lo sucedido. La reacción no se hizo esperar. Su jefe le despidió inmediatamente y el jovén acudió al restaurante a pagar, imagino, que con la cabeza no muy alta.
Para que luego digan que las tecnologías no sirven para nada.
