Faltan cien millones de tablets. O dicho de otra forma, si se hubieran cumplido las previsiones de consultoras como Gartner, a estas alturas habría cien millones de tablets más en el mercado. Malas noticias para un segmento que alcanzó su techo en 2013, y que cuando se pensaba que no podía sino crecer aún más, empezó a caer año a año.
En 2011 cuando el impulso del iPad inauguraba toda una categoría de informática personal, la consultora americana aseguraba que el mercado tablet superaría los 300 millones de unidades vendidas anualmente en 2015, de las cuales 150 millones llevarían la firma de Apple. Pero este mes de febrero Gartner ha revisado sus propias cifras, experimentando un baño de realidad. En 2015 apenas se superaron los 200 millones.
El caso de Apple y su iPad es especialmente representativo. La firma ha conseguido colocar en el mercado nada menos que 300 millones de tablets desde que lanzó su primer dispositivo, un número sin duda impresionante pero que queda lejos de sus propias previsiones para este año. La multinacional firmó sus mejores números en este mercado en 2013, cuando vendió casi 80 millones de iPads. Un año más tarde vendía poco más de 60 millones y 2015 cerraba con unas ventas cercanas a los 50 millones.
Por supuesto al resto de marcas no les ha ido mucho mejor. Según IDC el mercado tablet ha caído el último año un 27%. Es la mayor caída en cualquiera de las categorías de informática de consumo. En un mercado que lleva unos años plano, el segmento de portátiles ha sido capaz de crecer un 1% y si bien la venta de equipos de sobremesa ha caído un 6%, queda lejos del gran «batacazo» tablet.
Salvar el mercado tablet
En poco menos de cinco años hemos pasado por lo tanto de un escenario en el que parecía que los tablets iban a acabar con los portátiles, a otro en el que las ventas hace tiempo que no acompañan y en el que sólo Apple parece obtener beneficios.
Pero ni siquiera la empresa de la manzana parece dar con la tecla adecuada para seguir creciendo. Los intentos de los últimos años han pasado por un lado entrar en las grandes empresas a través de alianzas estratégicas (como la firmada con IBM hace ya dos años) o con el lanzamiento de un iPad Pro con el que a medio plazo se quiere sustituir parte de su línea de portátiles. Pero a falta de conocer las ventas oficiales del iPad Pro, no parece que ninguna de las dos estrategias esté funcionando como se esperaba.
La falta de interés por el segmento del tablet se demuestra en eventos como en el Mobile World Congress. Donde hace años smartphones y tablets convivían casi en igualdad de condiciones, en la última edición del MWC de Barcelona, las tabletas brillaron por su ausencia. El móvil, el omnipresente móvil que crece en pulgadas y prestaciones se ha comido buena parte de su mercado.
Los optimistas pueden argumentar que a los equipos 2 en 1 no les están yendo tan mal las cosas. Equipos como el Microsoft Surface Pro o los Yoga de Lenovo, sin romper el mercado en ventas, sí que están creciendo de forma sostenida, apoyándose en la buena aceptación que está teniendo Windows 10. Sin embargo pocos usuarios eligen estos equipos por sus prestaciones como tablet, siendo esta función sobre todo un complemento al portátil que en realidad, han escogido para trabajar y ser más productivos.
El mercado del tablet sin embargo todavía está a tiempo de reinventarse. En la famosa convergencia de la que hablan todos los gurús tecnológicos tal vez encuentren una «segunda juventud». Un único sistema operativo (que creemos que será más mobile que de escritorio) que a medio plazo gobernará todos nuestros dispositivos. Microsoft ha abierto la veda y estamos seguros de que a corto plazo, ni Apple ni Google se van a quedar atrás.
Mientras tanto el autor que escribe este artículo, sigue utilizando de forma ocasional un requeante iPad 2 que cumple en las tareas más básicas: navegar por Internet, consultar el correo electrónico, ver películas y editar algún documento.