Los últimos dos años no han sido especialmente boyantes para Evernote. Y no por tener una mala aplicación o la falta de interés por parte del mercado, sino por las dificultades que sigue atravesando para monetizar su modelo de negocio, pese a que su valoración se sitúa por encima de los 1.000 millones de dólares.
En los últimos 24 meses hemos visto cómo la startup recibía una inversión de capital riesgo de 70 millones (básicamente para salvar a la compañía), cambiaba toda su estructura de pagos (estrenando Evernote Basic, Evernote Plus y Evernote Premium) e incluso sustituía a su CEO y fundador Phil Libin por el más técnico Chris O’Neill.
Las noticias de las últimas semanas no son mucho mejores: hace sólo dos días, la empresa anunciaba el despido de 50 de sus empleados y el cierre de tres de sus oficinas internacionales La excusa que ha dado O’Neill es que necesita un equipo más reducido y enfocado en mejorar la calidad del producto.
¿El primer “unicornio” muerto?
Este cúmulo de noticias ha llevado a Josh Dickson, CEO de la startup Syrah a escribir un artículo muy crítico con Evernote en particular y las startups “sobrevaloradas” en general que tanto abundan en Silicon Valley y que entre los inversores, reciben el nombre de unicornios (empresas de desarrollo de software con una valoración superior a los 1.000 millones).
Dickson califica a Evernote como “The first dead unicorn” o lo que es lo mismo: la primer gran compañía tecnológica que va a caer tras la famosa crisis de las puntocom.Y no es que Evernote vaya a desaparecer de un día para otro, sino que de la misma forma que durante tanto tiempo se ha temido por Yahoo!, la empresa ha entrado ya para el autor del artículo, en un periodo de decadencia más o menos sostenida a medida que sus productos van perdiendo relevancia.
Y admitámoslo, en el caso de Evernote, muchos la han perdido: Evernote Food, Evernote Peek y Evernote Hello han sido descontinuados y de momento, Evernote for Business es sencillamente un fracaso. La esperanza se mantiene en su producto principal, Evernote. Porque visto desde fuera, sí que es para muchos usuarios parte de su día a día. En nuestro caso es de esas Apps, que según Google pasa con creces el “test del cepillo de dientes” o lo que es lo mismo: la usamos al menos dos veces al día. Así que ¿Qué ocurre en realidad?
Adiós al talento
Para Dickson sin embargo, Evernote ha fallado a la hora de atraer y retener talento. En parte porque a Libin nunca le han interesado demasiado las responsabilidades más “aburridas” que le atañen como CEO de la empresa (desarrollar la carrera de sus empleados, construir un buen equipo de ventas, posicionar el producto en las empresas, etc.) e incluso ahora, afirma que resulta descorazonador ver que aunque Libin sigue manteniéndose en el board de la empresa, ha admitido públicamente que no le interesa lo más mínimo el futuro de la misma.
Otra de las críticas que se le hacen a la empresa, es que pese a la inyección de cash que ha exprimentado en los últimos años, no ha sido capaz de incorporar a su portfolio ninguna compañía relevante (Skitch y Penultimate son buena muestra de ello), ninguna adquisición que tenga sentido para mejorar la aplicación y el servicio que proporciona, de un modo similar a lo que en nuestra opinión también está ocurriendo con Dropbox (¿Serán los siguientes?)
Aquí sería justo responder a Dickson y reconocer que si bien es cierto que el core principal de la aplicación tal vez no ha cambiado sustancialmente durante los últimos años, sí que se han producido algunas mejoras incrementales que han cristalizado en un producto más redondo (recordatorios, contextos, modo presentación, etc.) ¿Es esto suficiente para que los usuarios pasen de una cuenta gratuita a otra de pago? Porque ahí está el verdadero quid de la cuestión. ¿Se está haciendo lo suficiente para aumentar el engagement con los usuarios? Es la otra pregunta que habría que responder.
La otra cuestión, es que como hemos indicado antes, la empresa necesita clientes corporativos para seguir creciendo. Y aquí las cosas no se han hecho nada bien. Evernote for Business no aporta mucho más que lo que encontramos en el Evernote original.
En la mayoría de los casos, no sustituye las necesidades que muchos usuarios tienen resueltas con un producto como Microsoft OneNote que no olvidemos, es completamente gratuito. De la misma forma que una alternativa como Google Keep también es gratuita y sirve perfectamente a los propósitos del usuario más “casual” al integrarse con Google Drive.
Para intentar diferenciarse de su competencia, en el último año la empresa ha querido convertirse no sólo en una aplicación de toma de notas, sino también en una solución de colaboración empresarial, tomando elementos prestados de una App como Slack. Pero su implementación, que se ha traducido en su Workchat ha sido confusa y sin un propósito bien definido. Porque ¿Quién utilizaría Evernote para un propósito que Slack ya resuelve de forma sobresaliente?
Así que si sumamos todos estos elementos, tal vez en un futuro cercano sí que tengamos que dar la razón a Josh Dickson y admitir que Evernote ha tomado el camino de la irrelevancia. Esperemos sin embargo que el nuevo CEO sea capaz de cambiar el rumbo de la compañía y volver a sorprendernos.