Los ministros de Agricultura de la Unión Europea mostraron anoche un apoyo «unánime» a los esfuerzos de la Comisión Europea por resolver la crisis del sector lácteo, que azota a la producción de varios países.
Sin embargo, países como España y Francia coincidieron en señalar, que de momento estos esfuerzos «no son suficientes» y abogaron por seguir buscando «nuevas soluciones». Elena Espinosa instó a buscar la explicación de por qué no están funcionando los intrumentos que ya se han puesto en marcha.
La necesidad de estudiar medidas adicionales y buscar nuevas fórmulas para paliar la caída de los precios en origen de los productos lácteos y la reducción de la demanda fue apoyada por delegaciones como la de España, Francia, Alemania e Irlanda. Mientras, la Comisaria Europea de Agricultura, Fischer Boel, logró el respaldo político para ampliar la intervención (o compra pública) de mantequilla y leche en polvo desnatada (que concluía el 31 de agosto) bajo el procedimiento urgente para que esta medida pueda ser aplicada inmediatamente, aunque el Parlamento Europeo no dé su aprobación hasta el mes de octubre.
El Ejecutivo comunitario, además, presentará el próximo miércoles el informe que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE le encargaron el pasado mes, con el objetivo de evaluar la situación y presentar alternativas con las que ayudar al sector lácteo.
Por otro lado, la comisaria de Agricultura explicó que durante la reunión se abordaron distintas cuestiones como el cambio climático y la necesidad de adaptarse a la situación, incluida la búsqueda de especies «resistentes» a inundaciones o sequías. Sin embargo, lamentó que ninguna de las delegaciones se mostrara «positiva» ante la biotecnología a pesar de que, a su juicio, en ella está «parte de la solución».
En esta línea, alertó del riesgo de que si continúan las trabas a la importación de transgénicos para la alimentación animal, como por ejemplo la soja, se ponga en peligro el abastecimiento de piensos y, por ende, se reduzca la competitividad del sector cárnico europeo. La crisis que afecta al sector lácteo puede resultar «ridícula» al lado de lo que puede pasar en el mercado de la carne, insistió.
La comisaria defendió que si la producción de carne decrece en el mercado comunitario, entonces será necesario importar estos productos de terceros países en donde los animales hayan sido alimentados con materias primas que incluyan transgénicos. «Sería como dispararse en su propio pie», resumió.
