La CEOE propone prescindir del personal público «menos productivo» y «discriminar el recorte de las remuneraciones igualmente según la productividad de los servicios públicos producidos» para reducir el gasto del Estado.
Según se desprende de un documento tratado en la Junta Directiva celebrada este miércoles por la patronal, el recorte de los salarios de los funcionarios aplicado por el Gobierno es «insuficiente» si lo que se quiere es completar el plan de consolidación fiscal previsto hasta 2013
Con datos de Eurostat, los empresarios aseguran que España presenta una de las más altas ratios de gasto de personal público sobre el gasto público total, con un 26,2%, por delante de Francia (24%), Reino Unido (23,2%) o Italia (22,5%), debido al «desbordamiento» experimentado por esta partida en los últimos diez años.
En este sentido, creen que el Gobierno debe ir más allá y «reducir el número de empleados públicos», además de sus salarios, atendiendo a criterios de productividad. Si bien, los empresarios aseguran que este ‘tijeretazo’ «no tiene por qué mermar la calidad de los servicios públicos si, además, va acompañada de un mayor protagonismo del sector privado en la provisión de los mismos».
Del mismo modo, la CEOE considera que, ante las necesidades de reducir la inversión en infraestructuras en los próximos años, el sector público deberá contar de forma creciente con la participación del sector privado para buscar fórmulas de financiación de los proyectos. «Debemos tender a un cambio de cultura mediante el cual el usuario de las infraestructuras sea cada vez más financiador de las mismas», añaden.
La solución, según la patronal, pasa asimismo por que el proceso de consolidación fiscal incluya una subida del precio que se paga por los servicios, «especialmente de los billetes del AVE».
Para resumir, la CEOE asegura de que el Gobierno ha de ser consciente de que la oferta de bienes y servicios públicos en España se habrá de reducir «por las buenas», mediante cesiones estratégicas, o «por las malas», a partir de la merma de recursos disponibles que va a ocasionar por el encarecimiento de la deuda.
Por otro lado, los empresarios consideran que es «especialmente importante evitar subidas de impuestos directos», en particular del impuesto sobre el ahorro. «De hecho, la bajada del impuesto sobre el ahorro se hace casi imprescindible para recuperar la confianza de los ahorradores», añaden.
