Castilla y León cuenta desde hoy con una guía en sistema braille y con un manual práctico para las empresas que emplean a personas con discapacidad visual, una «iniciativa pionera» promovida por la Consejería de Economía y Empleo y realizada por Enclave Formación (Grupo Tecopy).
A través de este proyecto, que extiende la política de PRL a la población con discapacidad visual integrada en el mercado de trabajo, se han editado dos guías complementarias que ayudarán a dar soporte a las necesidades de los propios trabajadores.
Además, estas dos guías ofrecen una atención especial a dos colectivos concretos, las mujeres con discapacidad visual incorporadas al mercado de trabajo en Castilla y León (unas 2.000) y los jóvenes «cuya inexperiencia en el trabajo incrementa el riesgo potencial de un accidente en el desempeño de su tarea», según ha explicado el gerente de Enclave Formación, Óscar Herrera.
Por su parte, el delegado territorial de la ONCE en Castilla y León, Ismael Pérez, ha aclarado que la guía, cuya primera edición sale hoy con la distribución de 500 ejemplares entre las organizaciones e instituciones del sistema productivo castellanoleonés, no es una mera traducción de unos manuales al braille sino que está pensada en las personas con discapacidad visual para afrontar «algo tan importante como la seguridad social» en lo que ha considerado como un «gesto de accesibilidad».
La Guía de Prevención de Riesgos Laborales para trabajadores con discapacidad visual es una herramienta de difusión de los riesgos, medidas preventivas y procedimientos a seguir dentro de la empresa y tiene como objetivos reducir los índices de siniestralidad de los trabajadores invidentes de Castilla y León y estudiar las necesidades específicas de los trabajadores invidentes y darlas a conocer.
También persigue mejorar la calidad laboral y de vida de los trabajadores invidentes y la competitividad de las empresas en las que trabajan y concienciar a los trabajadores jóvenes de la importancia de tomar medidas preventivas y correctoras en el ámbito laboral para que las mantengan a lo largo de su vida profesional.
En Castilla y León residen cerca de 226.000 discapacitados de los que más de 69.000 sufren algún tipo de minusvalía visual. De ellos casi 14.000 tienen entre 16 y 64 años y un 41 por ciento se encuentra en disposición de trabajar lo que supone que el mercado de trabajo de este segmento de población está integrado por unas 5.800 personas empleados o autónomos.