Dice el viejo refrán castellano que «cuando veas las barbas de tu vecino pelar…» y es que los portugueses pronto van a comenzar en sus propias carnes las consecuencias del rescate europeo. Una de las primeras medidas, propuestas por el ejecutivo de Pedro Passos Coelho va a ser establecer un impuesto especial sobre la paga extra de Navidad, cuyo peso será equivalente al 50% de este salario extra.
El anuncio de este nuevo impuesto dirigido a corregir el desequilibrio presupuestario del país y que permitirá recaudar unos 800 millones adicionales, se produce un días después de que el Insituto luso de Estadística informara de que el déficit de Portugal se situó en el 7,7%, frente al objetivo para el conjunto de 2011 del 5,9%.
«Los objetivos del programa de ajuste de la economía portuguesa tienen prioridad sobre cualquier otro, lo que requiere una respuesta inmediata y decisiva de nuestra parte para que Portugal no falle», aseveró Passos Coelho.
Por otra parte, el primer ministro luso anunció durante el debate parlamentario de su programa de medidas económicas la intención del Gobierno de adelantar al tercer trimestre de 2011 los planes para la venta de la participación del Estado en las compañías eléctricas Energías de Portugal (EDP) y Redes Energéticas Nacionales (REN).
«Anticipamos a este tercer trimestre medidas estructurales que reducirán la intervención del Estado en la economía, como la reestructuración de las empresas públicas y el programa de reformas regulatorias y privatizaciones», señaló el primer ministro, quien defendió el impacto «liberalizador» sobre la economía de adelantar las colocaciones de EDP y REN.
Asimismo, Passos Coelho aseguró que tanto su grupo como los socialistas comparten la idea de que resulta «erróneo» que el Estado conserve una ‘acción de oro’, ya que los intereses estratégicos de Portugal deben ser defendidos en un contexto de privatizaciones.
Aparte de la privatización de la participación del Estado en estas dos ‘utilities’, el programa de ajustes asumido por el Gobierno luso a cambio del paquete de ayuda financiera de 78.000 millones acordado con la UE y el FMI contempla también la venta del 8% que controla en la petrolera Galp y el 100 % de la aerolínea TAP.