Los ministros de Economía de la UE aprobaron este lunes tras 11 horas de negociaciones un fondo de rescate dotado con 500.000 millones de euros para asistir a los países de la eurozona, y especialmente a España y Portugal, si tienen problemas para refinanciar su deuda. En el mecanismo participará también el Fondo Monetario Internacional (FMI), con una aportación que podría llegar a 250.000 millones de euros, anunció la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado.
Además, el Banco Central Europeo (BCE) comprará deuda pública en los mercados secundarios para inyectar liquidez y estabilizar los mercados de deuda soberana. El objetivo de este mecanismo es frenar el contagio de la crisis de endeudamiento griega a España y Portugal. Como contrapartida, los dos países se comprometieron a tomar «importantes nuevas medidas de consolidación fiscal en 2010 y 2011» y a presentarlas en la reunión de ministros de Economía del 18 de mayo, según se recoge en las conclusiones del Ecofin informal.
El ajuste «es especialmente crucial para los países que han sufrido ataques especulativos en las últimas semanas». «Deben actuar ahora y en este sentido estoy satisfecho porque España y Portugal han expresado su claro compromiso de tomar importantes nuevas medidas pronto», destacó Rehn. Salgado no quiso concretar las medidas concretas que adoptará España y se remitió a la comparecencia parlamentaria del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, del próximo miércoles. No obstante, adelantó que supondrán un recorte adicional del déficit público del 0,5% para este año, equivalente a 5.000 millones de euros, y del 1% para 2011 (10.000 millones de euros).
La vicepresidenta del Gobierno señaló que las «circunstancias excepcionales» en los mercados financieros obligan a «acelerar la consolidación fiscal» pese a su impacto en el crecimiento. «Ha quedado claro en las últimas semanas que el elemento de consolidación fiscal cobra más importancia en relación con el elemento crecimiento», insistió Salgado.
El objetivo del mecanismo de rescate es «garantizar la estabilidad del euro, en la zona y en los mercados financieros», dijo la ministra de Economía francesa, Christine Lagarde a la entrada de la reunión. «»Estamos viendo en los mercados comportamientos de manada de lobos y, si no detenemos a estas manadas, harán pedazos a los países más débiles», aseguró su homólogo sueco, Anders Borg.
El nuevo fondo incluye en primer lugar 440.000 millones de euros en préstamos y garantías de los países de la eurozona para un plazo de 3 años, siguiendo el modelo del rescate a Grecia. La Comisión había propuesto que fuera ella la que acudiera a los mercados para pedir prestados los fondos necesarios con la garantía del presupuesto comunitario, pero Alemania Y Países Bajos vetaron esta opción porque no querían dar más poder al Ejecutivo comunitario.
El comisario de Asuntos Económicos explicó que en este mecanismo intergubernamental participarán todos los Estados de la eurozona. Se activará en cuestión de «algunas semanas», tal y como ha ocurrido con Grecia, porque cada Estado miembro deberá completar sus procedimientos parlamentarios nacionales.
La segunda parte del fondo de rescate consiste en 60.000 millones de euros del mecanismo de ayuda financiera a la balanza de pagos de la Comisión. Este mecanismo se ha utilizado ya para asistir a Hungría, Rumanía y Letonia en la actual crisis, pero hasta ahora estaba prohibido recurrir a él para los países de la eurozona. Esta prohibición se suprime y este dinero será el primero que esté disponible ya que, al tratarse de un instrumento comunitario, podrá activarse «muy rápidamente». El dinero se prestará al país necesitado a un interés de alrededor del 5%. Finalmente, el FMI aportará una contribución sustancial al nuevo fondo de salvamento. Aunque en principio se había hablado de 100.000 millones de euros, finalmente la contribución del fondo será de 250.000 millones de euros.