Como todo lo que ha sido tocado con la «varita mágica» del CEO de Apple, Steve Jobs seguro que tendrá muchos detractores, pero también legiones de seguidores. Hemos probado el iPad WiFi+3G de 64 Gbytes de capacidad y nos ha enamorado. ¿Quieres saber por qué? 
Apple lo ha vuelto a hacer. Lo hizo con el iPod y también con el iPhone. Ahora le ha tocado el turno al iPad, un tablet que revoluciona un concepto que no había sabido cómo llegar al gran público y eso que lleva entre nosotros más de 20 años.
Como la mayoría de los productos de Apple llamados a convertirse en estandartes de la empresa de Cupertino, el iPad lleva entre nosotros no sólo desde el 3 de abril que empezó a comercializarse en los Estados Unidos o desde el 28 de mayo que, tras un mes de retraso sobre los planes previstos, comenzó su expansión internacional en nueve países (España, Alemania, Italia, Reino Unido, Francia, Japón, Suiza, Australia o Canadá). La realidad es que llevamos hablando del iPad desde hace años, podríamos decir que tras la desaparición del famoso Newton ya se empezó a hablar del iPad (obviamente es una exageración, pero lo cierto es que el «tablet de Apple» ha sido el producto más esperado desde 1998 en cualquiera de las keynotes de la marca de la manzana).
Eso sí, ha sido desde la segunda mitad del año 2009 cuando cada día estaba más claro que Steve Jobs por fin nos presentaría su tablet, un producto que los analistas no esperaban hasta 2010 (y acertaron) y que antes de conocer su nombre final (que por cierto estaba en poder de Fujitsu en los Estados Unidos) se llamó de múltiples maneras en las especulaciones que hacían los medios de comunicación: TabletMac, Mac Tablet, Media Tablet, iTablet, iSlate… Lo cierto es que el 27 de enero de este año fue el día elegido por Jobs para desvelar al mundo entero lo que se traía entre manos, en lo que había estado trabajando intensamente durante el último año, y eso que su transplante de hígado le tuvo en «dique seco» durante la primera mitad del 2009 y no le pudimos volver a ver en público hasta la keynote del 9 de septiembre.
En la caja del iPad encontramos al dispositivo, el cable conector Dock a USB, un adaptador de corriente de 10 vatios y una escueta documentación. Echamos en falta el habitual trapito para limpiar la pantalla.
Pero todo lo comentado se puede considerar historia, ahora lo que importa es que el iPad ya está disponible en diez países y en julio lo estará en otros nueve más: Austria, Bélgica, Holanda, Hong Kong, Irlanda, Luxemburgo, México, Nueva Zelanda y Singapur. Tanto en MuyPymes como en MuyMac hemos publicado decenas de artículos relacionados con el iPad, de hecho tuvimos la oportunidad de probarlo a finales de abril gracias a un amigo nuestro que lo había comprado en los Estados Unidos, pero no ha sido hasta el pasado viernes 28 de mayo cuando nos hemos hecho con el que podríamos llamar el «alto de gama» de la familia iPad, el modelo WiFi+3G de 64 Gbytes de capacidad.
Un producto que marcará una época
¿Os acordáis cuando Apple lanzó el primer iPod? Si no es así, no os preocupéis, con saber que fue en el año 2001 es suficiente. Tan sólo han pasado nueve años y parece toda una vida, una vida en la que hemos visto crecer a la familia iPod con todo tipo de «sabores»: mini, vídeo, classic, nano, shuffle, touch… Lo que nos importa en este momento es que cuando Steve Jobs presentó en público el primer iPod había muchos reproductores MP3 en el mercado, y aunque fue un producto que claramente necesitaba mejoras (calidad de sonido, principalmente), revolucionó la industria musical tanto que, junto a iTunes, ésta ya no se puede entender sin él.
En la parte trasera encontramos el tradicional logo de la manzana de Apple. Como el modelo analizado por nosotros es el WiFi+3G, en este caso de 64 Gbytes, la diferencia frente al modelo sólo WiFi está en la «ventana» de plástico de la parte de arriba para facilitar la recepción de la señal 3G.
Pero sigamos con los recuerdos. ¿Y el día que se presentó el iPhone, os acordáis? Aquí no hace falta echar la vista tan atrás como con el iPod. Fue el 9 de enero de 2007, aunque no empezó a venderse en los Estados Unidos hasta el 29 de junio. De nuevo, el iPhone de primera generación cosechó muchas críticas negativas (que si no tenía 3G, que si su batería duraba poco, que si era una plataforma cerrada…). Hay que reconocer que todas tenían bastante sentido, pero la industria de los teléfonos móviles cambió ese 9 de enero de 2007 y Apple, una empresa de ordenadores que se quitó voluntariamente el apellido «computer», pasó a ser vigilada por marcas tan asentadas como Nokia, Motorola, Samsung, Sony Ericsson…, tanto que todas se pusieron a buscar un «iPhone killer».
Y ahora, año 2010, va Steve Jobs y se propone revolucionar un tipo de producto, los tablets, que ya ni recuerdo la de tiempo que llevan entre nosotros (echando mano de la memoria, y sin preguntar a Google, lo reconozco, recuerdo algún modelo del año 1992). Los tablets nunca han logrado despegar, incluso se ha optado por fórmulas mixtas de portátiles con pantalla táctil que girándose y plegándose sobre el teclado se convierten en tablets, equipos con procesadores muy potentes, grandes discos duros, memoria abundante…, pero gruesos, pesados, caros y con una experiencia de usuario bastante lamentable (y lo digo con conocimiento de causa porque he sido usuario de ellos).
En la parte superior está el botón de encendido y la entrada de los auriculares.
¿Tiene defectos el iPad?
Lo primero de todo es dejar claro que sí, que el iPad tiene defectos, cualquier producto es susceptible de mejorarse, y mucho más si es una primera generación. Pero antes de hablar de ellos, hagamos un paréntesis porque a estas alturas todos los que sigáis leyendo esta review seguro que echáis de menos que todavía no hayamos dicho nada de características técnicas y cosas así. Tranquilos, las iremos comentando, pero creemos que para conocerlas es interesante apoyarnos en las críticas que se hacen al iPad, la mayoría de ellas por gente que no ha tenido ninguno en sus manos.
Empecemos por el sistema operativo que lo gobierna, la versión 3.2 del iPhone OS, aunque ya hay fecha para su renovación con el iPhone OS 4 que será presentado durante la WWDC 2010 para iPhone e iPod touch y que tendrá una versión para el iPad en otoño de este año (el mes exacto no se conoce). Hay gente que hubiera apostado por Mac OS X directamente, pero uno de los culpables de que todo vaya tan rápido en el iPad (además del microprocesador Apple A4 a 1 GHz) es el sistema operativo iPhone OS.
En la parte derecha está el interruptor para bloquear la rotación de la pantalla y el control del volumen.
Desde el lanzamiento del iPad, la disputa entre Adobe y Apple por la negativa de esta última empresa de soportar Flash en la versión mobile del Safari incluido en el iPhone OS ha llegado a convertirse en un auténtico culebrón.
Steve Jobs dice que Adobe Flash es un formato propietario y que HTML5 es una solución que consume menos recursos y además es abierta. Nos encanta HTML5, en eso coincidimos con Jobs, pero es un estándar que todavía no está generalizado y Flash sí. Por eso nos ponemos del lado de la gente que pide que se puedan ver contenidos Flash en el Safari del iPhone OS, aunque reconocemos que va a ser más fácil que «les salga pelo a las ranas».
Sigamos con los «defectos». Ahora le toca el turno a uno de los que más recuerdan los detractores del iPad. Nos referimos a su carencia de puerto USB. Pues sí, para que negarlo, Apple no ha incluido puerto USB en el iPad, pero tampoco FireWire, DisplayPort, HDMI, DVI, lector de tarjetas SD, puerto Ethernet… El iPad no es un sustituto de un portátil o de un ordenador de sobremesa, es una nueva categoría de producto que está pensada para «chupar» contenidos a través de WiFi, Bluetooth o 3G (en el modelo que lo soporta, obviamente). Es el dispositivo perfecto para la nueva era del Cloud Computing y si tu vida digital cada día está más en la nube, el iPad no te decepcionará.
En el lateral izquierdo del iPad está el compartimento para insertar la microSIM que nos dará acceso a la conectividad 3G. En nuestro caso era de Orange, pero también tienen tarifas de datos para el iPadMovistar y Vodafone.
Por cierto, Apple vende un accesorio llamado Kit Apple iPad Camera Connection que no es ni mucho menos un sustituto del USB; lo que permite es conectar nuestras cámaras digitales al iPad para importar fotos y vídeos mediante el cable USB de la cámara o gracias al lector de tarjetas SD que incluye. Se vende por 29 euros y ya me parece estar oyendo a muchos usuarios diciendo eso de: «con lo caros que son los productos de Apple, siempre hay que comprar accesorios que deberían estar incluidos en el producto final«.
Y algo más sobre el puerto USB. Si el iPad tuviera uno, nos atrevemos a predecir que el modelo WiFi+3G tendría poco futuro (que dicho sea de paso no es algo que nos quite el sueño). Con un pequeño módem USB podríamos conectarnos a Internet fácilmente y además nos serviría para nuestro portátil. Pero no, a Apple esto no le interesa e incluso nos lo ha complicado todavía más al sustituir la SIM por una microSIM. Eso sí, con un producto como elNovatel MiFi 2352 podremos crear en cualquier sitio una red WiFi a través de 3G, red inalámbrica de la que echará mano el iPad sin problemas.
En la parte inferior del iPad tenemos el conector propietario de Apple que sirve para cargarlo, comunicarnos con el ordenador (ya sea Mac o PC con Windows) o conectarlo a accesorios como la Base iPad Dock, la Base con teclado iPad Keyboard Dock o el Kit iPad Camera Connection.
Todavía hay cuatro «defectos» más que no queremos dejar pasar por alto. Vayamos con el que se refiere a la imposibilidad de disponer de una batería intercambiable. Al igual que sucede con el iPhone o cualquier de los iPods, el usuario no podrá acceder al interior del iPad para cambiar la batería, por lo menos fácilmente y sin ser un experto en bricolaje informático.
El asunto de la batería tiene dos vertientes. Una de ella es que con el paso de los años cualquier batería pierde sus cualidades y es necesario cambiarla. Para hacer esto con el iPad habrá que ir a un centro autorizado de Apple. La segunda es que puede haber gente que necesite llevar una segunda batería para intercambiarla en caso de que la primera se agote. La idea es interesante, pero afortunadamente la batería del iPad es de lo mejor que hay. En nuestras pruebas hemos contabilizado más de diez horas (incluso por encima de lo prometido por Apple en su web) de uso del iPad (navegación por la Web con Safari, reproducción de vídeos y música, escritura en Pages, uso de Mail, etc.). Tiempo suficiente para llegar a cualquier sitio y recargar el iPad.
Y la webcam, por qué se ha olvidado Apple de una cámara que nos permita realizar videoconferencia (para sacar fotos la verdad es que no vemos al iPad como un dispositivo muy útil, sobre todo por su gran tamaño). Aquí no vemos ninguna justificación clara, salvo que es lógico que Apple se deje detalles para poder incluirlos en un iPad de segunda generación.
Gracias al acelerómetro del iPad la pantalla rota según lo movemos, muy útil para ver vídeos, navegar por el álbum de fotografías o escribir en su teclado virtual con mayor comodidad. Eso sí, si no quieres que la pantalla rote al menor movimiento, puedes bloquearla gracias al interruptor de su lateral derecho.
Casi hemos llegado al final de los «defectos» (bueno, los más importantes para nosotros, ya que seguro habrá gente que saque muchos más de los comentados aquí). Que nadie compare al iPad con un lector de e-books, por favor, sería simplificar demasiado. Bien, lo reconocemos, la pantalla panorámica brillante Multi-Touch de 9,7 pulgadas (en diagonal) retroiluminada por LED con tecnología IPS no hace uso de la tinta electrónica, que ha demostrado que es lo mejor para no cansar la vista.
El iPad no es un lector de libros electrónicos… es mucho más, aunque se pueden leer libros a través de la aplicación gratuita (está en la App Store) iBooks y que además de permitirnos organizar nuestra biblioteca de ebooks (que pueden ser de pago o totalmente gratuitos porque, entre otras fuentes, trabaja con las obras delProyecto Gutenberg) ofrece una forma de leer muy cómoda (se pasan las hojas fácilmente con un pequeño movimento del dedo, se puede elegir entre dos tamaños de letra y cinco tipografías, seleccionar el brillo de la pantalla, buscar términos por todo el ebook, acceder a un diccionario, marcar, copiar…). Si los lectores de libros electrónicos quieren competir con el iPad, más vale que hagan más cosas o que bajen su precio a 100 euros, ni uno menos.
El teclado virtual del iPad aparece siempre que lo necesitemos (cuando estemos en una aplicación en la que haya que introducir datos) y se puede trabajar con él en formato vertical o apaisado. Si lo hacemos en modo horizontal es suficientemente grande, rápido de respuesta y cómodo de usar como para alcanzar una buena velocidad de escritura.
Y por último, y hecho totalmente a propósito, está el asunto del precio. El iPad se vende en dos «sabores» (sólo WiFi y WiFi+3G) con tres capacidades de almacenamiento cada uno de ellos: 16, 32 y 64 Gbytes. En el caso del iPad sólo WiFi los precios son 479, 579 y 679 euros respectivamente, y en el del WiFi+3G de 579, 679 y 779 euros. No es barato, cierto. Sobre todo porque repetimos que no es un sustituto de un portátil o del ordenador de sobremesa y, como mínimo, será nuestro segundo equipo.
Si te decides comprar un iPad, a los diez minutos de usarlo estarás tan satisfecho que su precio casi se te habrá olvidado, pero si no es así, consuélate pensando que te costaría mucho encontrar un Tablet PC de esos de los que ya hemos hablado y que son «portátiles camuflados» con un precio mejor, pero sobre todo que te ofrezca una experiencia Multi-Touch tan conseguida.
La funda para el iPad que Apple vende por 39 euros, además de ser un seguro de vida para el dispositivo (la consideramos esencial, ya sea esta funda u otra, pero nunca debemos llevar el iPad sin funda porque corremos el riesgo de dañarlo en un descuido), nos permite elevarlo a modo de atril.
Conclusiones
La verdad es que podría escribir varios libros sobre el iPad y contar cosas nuevas en todo momento ya que, al igual que en el caso del iPhone o del iPod touch, hay miles de aplicaciones en la App Store, tanto gratuitas como de pago.
Nosotros, el primer día nos descargamos iBooks, gratuita y fundamental para poder crear nuestra biblioteca de ebooks; una calculadora gigante llamada Big Calculator (gratuita); el juego Aurora Feint 3 (gratuito) para comprobar la experiencia de jugar en el iPad; la app Marvel (gratuita) para disfrutar de los cómics de esta editorial; la revista Wired (3,99 euros cada número), que ha hecho un excelente trabajo para adaptarse al formato del iPad, aunque haya tenido varias críticas por su excesivo «peso», y las aplicaciones Pages, Keynote yNumbers (todas ellas con un precio de 7,99 euros). Obviamente hay más, muchas más, y con los 64 Gbytes de capacidad de almacenamiento de nuesto iPad voy a seguir bajándome todas las que me gusten.
Como en el iPhone, la pantalla del iPad es brillante (glossy) y oleofóbica, aunque hay que reconocer que los dedos se ven al cabo de un rato de usarlo, pero la parte positiva es que se limpia muy fácil con alguna toallita de microfibra (que no incluye).
Como habréis podido comprobar a lo largo de todo este análisis, he evitado hacer una sucesión de comentarios sobre sus características técnicas para darle un enfoque diferente, aunque las más importantes están mencionadas y además tenéis la ficha del producto donde están todas. Hay una prueba que me ha interesado mucho y ha sido la de cómo reacciona ante el iPad una persona que no es usuaria de Mac ni tiene un iPhone o un iPod touch. Todo muy familiar, pero significativo.
La calidad de los altavoces del iPad es sorprendente. Vamos, que podemos compartir nuestra música preferida con otras personas.
Mi mujer, mi cuñado y su mujer, un amigo mío y su mujer, e incluso mi hijo de seis años han usado el iPad mientras yo les miraba de manera disimulada. Salvo la experiencia de mi mujer y mi amigo con el iPod touch, lo que facilitaba mucho el conocimiento de los gestos típicos de las pantalla Multi-Touch de Apple, los demás no se habían movido nunca en una interfaz así. Pues bien, casi al instante, todos transitaron por el iPad como si lo hubieran hecho toda su vida. ¿Mérito suyo? No, mérito de Apple.
Por último, quiero insistir en que el iPad no sustituye a un portátil o a un ordenador de sobremesa, por lo menos no lo hace en el caso de usuarios «medio o avanzados». La cosa cambia si nos es suficiente con navegar por la Red, hacer uso de redes sociales, escribir y leer mails, consultar nuestras fotos, etc. En fin, si hay un ordenador en casa que puedan usar todos, sí podríamos tener el iPad casi como el primer equipo aunque haya que echar mano del «hermano mayor» de vez en cuando.
Por cierto, os dejamos con una lista de las mejores reviews (en inglés) que se han hecho sobre el iPad hasta el momento.
