Mientras Mariano Rajoy se comprometía hace unos días a fomentar la contratación incentivando a las empresas con ayudas de 3.000 euros por la incorporación de un primer trabajador a un negocio, el PSOE no pierde el tiempo para contrarrestar tal propuesta con otra en la misma línea que la del candidato popular: quiere rebajar cuotas por contratar parados con prestación
Así se expresó ayer Alfredo Pérez Rubalcaba en una jornada sobre recursos humanos organizada por MOA BPI Group. La idea del candidato socialista no es otra que «utilizar dinero público» para que los empresarios contraten, mientras que el ministro de Trabajo y miembro de su equipo, Valeriano Gómez, ha abogado por bajar las cuotas a las empresas que contraten a parados con prestación. Y es que, según el análisis de éste, hay un claro desequilibrio entre los 30.000 millones que se destinan al año a pagar las prestaciones por desempleo y los poco más de 4.000 millones para políticas activas destinadas a reciclar, formar y colocar a los parados.
Respecto a este último punto, Gómez no ha precisado la fórmula más adecuada para llevar a cabo esa rebaja de cuotas, por lo que se desconoce si sería generalizada, independientemente del tipo de contrato o del colectivo al que pertenezca el parado contratado. Sí explicó que esta medida estaría justificada por la necesidad de «activar» parte del gasto que se emplea en protección por desempleo. Sin más información respecto a este anuncio, podríamos deducir que el perceptor de esta prestación que fuera contratado debería renunciar o suspender parte de su prestación para financiar la citada rebaja de cuotas. Sin embargo, Gómez aclaró que no «se recortarían los derechos del parado», «y tampoco es el momento para recortar este gasto», por lo que se desconoce la fórmula por la que optará el PSOE para presentar esta iniciativa.
Por otro lado, Rubalcaba apela a la necesidad urgente de “echar una mano a los empresarios”, para lo que se utilizaría dinero público, independientemente de que se contrate a “jóvenes y no tan jóvenes”. Los recursos saldrían en última instancia «de los grandes patrimonios y los bancos».
