La cadena de tiendas perteneciente al Grupo Sánchez-Ramade ha decidido acogerse a la Ley Concursal y declararse en suspensión de pagos. El objetivo de esta operación es sanearse y poder responder de cara a la campaña navideña. El grueso de la deuda asciende a los 211 millones, aunque un colectivo importante de pymes reclama pagos a la compañía, por lo que el número de acreedores se sitúa en unos 1.300.
Pero el problema, es que Urende actualmente tiene en vigor un ERE que ha dejado en paro, desde el 1 de septiembre, a 390 trabajadores de los 700 que componen la plantilla. Además, cerró 12 centros (Burgos, Valladolid, Castellón, tres en Valencia, dos en Extremadura, dos de Sevilla, uno en Lucena y uno en Marbella).
A pesar de la mala situación por la que atraviesa la cadena, el sindicalista está satisfecho con la empresa, ya que ha cumplido los compromisos del ERTE, que en su día fueron firmados por los propios trabajadores.
Se trata de la segunda división del Grupo Sánchez-Ramade en suspensión de pagos, ya que también Noriega, la constructora del conglomerado empresarial español, se acogió a la Ley Concursal en octubre del pasado año. También en febrero de 2011 se hacía público que el holding se desprendía de Diasoft, firma de tecnologías de la información y comunicaciones.