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Viernes, 29 Marzo 2024

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¿Hasta dónde llega la responsabilidad de Uber?

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«En ningún caso la compañía y/o sus agentes serán responsables ante nadie por cualquier tipo de daño indirecto, especial, ejemplar, accidental, a consecuencia de,  o otro tipo de daños de cualquier tipo o clase (incluyendo daños personales, pérdida de datos, beneficios, ingresos o de cualquier otro tipo. La compañía y/o sus agentes no serán responsables de cualquier pérdida, daño o heridas que puedas sufrir ya sea al utilizar el servicio o en cualquier manifestación que esté conectado con el mismo»

A pesar de lo que pueda parecer, el párrafo anterior no lo hemos extraído del programa para nuevos astronautas de la NASA o de cualquier otra actividad de alto riesgo. Se detalla tal cual en el documento de condiciones y términos de uso de Uber, uno de tantos de los que afirmamos que leemos pero que en realidad no lo hacemos. Y lo que es más, como usuarios del servicio aprobamos estas condiciones en cuanto instalamos su app en nuestro smartphone y decidimos crear nuestro perfil de usuario.

¿Qué quiere decir esto en realidad? Que si un conductor de Uber tiene un accidente de tráfico que nos provoca lesiones, no podemos reclamar nada a la compañía. O como ha ocurrido en ocasiones en Estados Unidos, si un conductor de Uber decide que en vez de llevarnos a nuestro destino lo que va a hacer es llevarnos a un descampado para atracarnos o violarnos, tendremos que «conformarnos» con denunciar al conductor en cuestión, ya que previamente hemos aceptado que Uber no asume ninguna responsabilidad de lo que pueda pasarnos.

Pero seguro que no va a pasarnos nada… ¿Verdad?

Uber opera en nada menos que 45 países de todo el mundo. Miles de conductores adscritos a este servicio recogen puntualmente a sus pasajeros y les llevan sanos y salvos a su punto de destino, en ocasiones proporcionando un servicio de mayor calidad que el que puede ofrecer un taxi tradicional. Y sin embargo la compañía ha estado envuelta en los últimos meses en varias polémicas que incluyen hechos tan desagradables como robos, secuestros e intentos de violación.

En MuyPymes contamos que se estaban dando estas situaciones el pasado mes de agosto, cuando publicamos el artículo «Uber: secuestros y violaciones en el servicio P2P más popular». En esa ocasión dejábamos bien claro que esos casos se habían producido en su servicio Uberpop (el único que de momento ha llegado a Madrid y Barcelona), en el que la compañía no verifica la idoneidad de los conductores que en realidad actúan como profesionales independientes. Además de Uberpop, la empresa comercializa su servicio Uber Black en determinadas ciudades. En este casos los conductores sí trabajan para la empresa y cuentan con su correspondiente licencia, seguros, etc. y que en consecuencia resultan un tanto más caros para el usuario final.

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Precisamente las malas prácticas de algunos conductores de Uberpop han vuelto a ser conocidas hace unos días. Tal y como se recoge en CNET, uno de los conductores de UberX (variante local de Uberpop) ha sido acusado de haber agredido con un martillo y causado graves heridas a uno de sus pasajeros.  Al parecer todo comenzó por un «intercambio de pareceres» sobre cuál era la mejor forma de llegar al destino y a la negativa del conductor de tomar la ruta que señalaban los pasajeros. A medida que la discusión se fue acalorando, creció la tensión dentro del vehículo de forma que finalmente el conductor decidió llevar a los ocupantes del vehículo a un descampado y les obligó a bajar de malos modos. Cuando uno de ellos tardó más de la cuenta en bajar, el conductor perdió completamente los nervios y le agredió con un martillo.  ¿Es otro caso aislado? Por supuesto. Pero son casos que tienen más posibilidades de ocurrir cuando cualquier persona puede convertirse de la noche a la mañana en conductor.

La responsabilidad de transportar viajeros

Los defensores del consumo colaborativo (entre los que nos encontramos), en ocasiones argumentan que el rechazo de los taxistas a servicios como el que propone Uber se basa únicamente en que vienen a acabar con un monopolio basado en carísimas licencias. Y aunque el argumento no es mentira del todo, se trata de una verdad a medias. Además de contar con una licencia administrativa, a los taxistas se les exige una serie de requisitos que los conductores de Uber, por ser usuarios particulares, no tienen que cumplir. Destacan los siguientes:

1. Tasa de alcohol en sangre: en el caso de los taxistas, la tasa máxima permitida es de 0,15, mientras que para el resto de los conductores es de 0,25.

2. Revisiones médicas: los taxistas deben aportar un certificado médico que acredite que no padecen ninguna enfermedad ni impedimento físico que les impida realizar su profesión. En el caso de los conductores particulares todo lo que tienen que hacer es pasar un control psico-técnico muy superficial.

3. Antecedentes penales: las personas que tienen antecedentes penales no pueden ejercer la profesión de taxista. Nada les impide en cambio ser conductores de un servicio como Uber.

4. Formación: en el caso de los taxistas, es obligatorio que tengan aprobado como mínimo la ESO o equivalente.

5. Estado mecánico del vehículo: las revisiones mecánicas de un vehículo Uberpop están limitadas a lo que marca la ITV correspondiente. En el caso de un taxi, el estado de frenos o neumáticos han de ser controlados obligatoriamente dos veces al año.

A esto hay que añadir que los servicios de taxi oficiales están obligados a contar con un seguro de responsabilidad civil (por el cual los taxistas pagan una media de 1.200 euros al año), que protege a los viajeros en el caso de que se produzca cualquier tipo de incidente.

Uber NO quiere ser una empresa de transporte

Uno de los argumentos que utiliza Uber para defenderse de las acusaciones que suelen esgrimirse en su contra, es que Uber No es una empresa de transportes. Se define más bien como una plataforma que «pone en contacto a personas que quieren compartir coche o desplazamientos». Siguiendo este planteamiento, Uber únicamente cobra por la labor de intermediación entre conductores y pasajeros y en ningún caso por el desplazamiento de un punto A a un punto B, lo que le asimilaría a las empresas de transporte.

De ahí que como hemos visto al principio del artículo, en sus condiciones de uso del servicio se especifique que la empresa no se hará responsable de nada de lo que pueda pasar en el interior de los vehículos que trabajan con Uber, ni de lo que ocurra entre los conductores y los viajeros. ¿Pero es así desde un punto de vista legal? ¿Se puede eximir a Uber y otras empresas similares de cualquier tipo de responsabilidad?

En Estados Unidos (país donde Uber opera con más naturalidad), cada vez son más los abogados que cuestionan el hecho de que incluir estas cláusulas en sus condiciones de uso, les pueda eximir automáticamente de cualquier tipo de responsabilidad. En algunos juicios que se están preparando contra la plataforma, la clave estará si los abogados de los pasajeros perjudicados pueden demostrar que Uber es algo más que una plataforma tecnológica. Si son capaces de demostrar que son algo más que una App, entraremos en un nuevo escenario que podría modificar la forma en la que Uber opera en la actualidad.

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