Zebra Technologies Corporation afirma que las actuales soluciones de IA que una empresa puede utilizar para mejorar el funcionamiento de su negocio no tienen nada que ver con las de IA generativa, que tanto debate están provocando tras la irrupción de ChatGPT.
“Tras la irrupción de ChatGPT, se ha hablado mucho de la inteligencia artificial (IA) y las empresas se preguntan sobre las bondades o las amenazas de esta tecnología”, señala Stuart Hubbard, Senior Director of AI and Advanced Development, Zebra Technologies. “Pero hay que tener en cuenta que no toda la IA es igual y, aunque es cierto que algunas de las últimas soluciones de IA generativa pueden arrojar resultados inexactos o sesgados, no se puede generalizar. La realidad es que contar con una IA responsable y ética va a ser tan necesario para las empresas como lo es hoy en día disponer de smartphones”.
La inteligencia artificial ya está jugando actualmente un papel importante en muchos sectores. Fabricantes y tiendas minoristas, especialmente las de bienes de consumo o consumer packaged goods (CPG), utilizan hoy soluciones de IA adaptativa para predecir volumen de demanda y planificar su inventario. Además, las tecnologías de visión artificial asistidas por IA ayudan a realizar revisiones de calidad a todo tipo de productos, desde medicamentos a piezas de automóviles o botellas de refresco.
Los robots móviles autónomos (AMR) con capacidades de aprendizaje automático garantizan a los trabajadores de las fábricas, almacenes y centros de distribución que disponen de las materias primas y los productos que necesitan para hacer bien su trabajo, asegurando que todo se empaquete y cargue en los remolques según lo previsto.
Al mismo tiempo, los dependientes de las tiendas y muchos otros trabajadores de “primera línea” tienen que dar un buen servicio a los clientes, tanto en las propias tiendas como online. Y la única forma de conseguir atender correctamente a todo el mundo a la vez es contando con soluciones de IA adaptativa, ya sea a través de las apps que tienen en sus ordenadores portátiles o wearables, en los sistemas logísticos, las plataformas de comercio electrónico o incluso en la nube.
La IA a la que debemos prestar atención es la que puede acceder a todos los datos generados por los dispositivos IoT (etiquetas, escáneres de códigos de barras, ordenadores portátiles, tabletas, lectores RFID, cámaras de visión artificial, robots o sensores ambientales) y hacer que tengan sentido para la empresa. Y ya tenemos a nuestra disposición muchas herramientas tecnológicas éticas y sostenibles impulsadas por IA que encajan en esta categoría: desde software de gestión de mano de obra y gestión de tareas, hasta sistemas de inspección visual o de prevención de pérdidas.
“Es lógico que las preocupaciones en torno a la IA generativa se extiendan a toda la IA pero precisamente por ello debemos ser capaces de diferenciarlas y trabajar para que todas las decisiones que se tomen en relación con el uso de la IA tengan en cuenta factores tan críticos como la privacidad de los datos, la latencia de las respuestas, el coste o la disponibilidad de ancho de banda de la red”, concluye Stuart Hubbard.