Microsoft no tira la toalla y seguirá ofreciendo de forma gratuita Windows 10 a las pymes. A pesar de que el programa gratuito de actualización a la última versión de Windows finalizó el pasado mes de agosto, el hecho de que una gran número de pequeñas empresas sigan manteniendo en sus equipos Windows 7 y Windows 8, ha provocado que Microsoft quiera rectificar.
En parte porque por supuesto, el público empresarial, más susceptible a adquirir nuevos servicios, es el que más interesa a Microsoft. Y en parte porque para los de Redmond les resulta más sencillo dar soporte a un único sistema operativo, que a un ecosistema cada vez más fragmentado en sus distintas versiones.
La noticia la ha dado hace unos días Wes Miller, analista de la división de Windows que establece la política de licencias de los distintos productos de Microsoft. Ha explicado eso sí, que las empresas que quieran actualizar a la nueva versión de Windows, deberán de cumplir una serie de requisitos.
El más importante y que podría excluir a muchas empresas, es que sólo podrán hacerlo aquellas que cuenten bien con una suscripción a Windows 10 Enterprise E3 o E5, bien con una suscripción a Secure Productive Enterprise E3/E5.
En este tipo de versiones, las empresas pagan una suscripción de entre 7 y 14 dólares al mes por usuario, o bien entre 84 y 168 dólares al año por cada puesto de trabajo, por lo que no se trata de licencias «clásicas» OEM que se incluyen en la mayoría de los equipos.
