Juan Tomás Hernani, secretario general de innovación del Ministerio de Ciencia, declaró ayer que en España hacen falta en torno a «seis mil millones de euros» de inversión privada para salir del paso en la crisis económica.
Hernani realizó un cálculo que según explicó, se obtiene a partir de la media de la inversión de la OCDE en esta materia menos lo que ya se ha invertido al respecto en España, «aproximadamente unos 7.000 millones de euros». Queda pues, un largo camino por recorrer.
Durante unas jornadas de Innovación celebradas en Madrid, aseguró que sería necesario «duplicar la inversión existente» en España, ya que de momento se cuenta con 48.000 empresas innovadoras, a su juicio, un perímetro de la actividad innovadora «insuficiente».
«Esta cantidad de dinero es algo menos de lo que invierte Nokia en I+D anualmente (5.500 millones de euros) o Volkswagen, que invierte cerca de 4.900 millones. Por tanto, necesitaríamos un Nokia en España para arreglar casi el problema», argumentó, al tiempo que señaló que no se puede optar a esta opción, por lo que hay que seguir captando inversiones de transferencia de conocimiento.
En este sentido, señaló que es necesaria la internacionalización de las empresas españolas, la colaboración entre las distintas administraciones e instituciones como Organismos Públicos de Investigación (OPI), parques tecnológicos, centros tecnológicos, o incluso cámaras de comercio.
En cuanto a la balanza tecnológica, indicó que es «especialmente sensible» el porcentaje de la industria, un «segmento capital» en el PIB español, ya que el país se sitúa tres puntos por debajo de la media europea. «Por tanto, el peso de la industria es fundamental y cuando hablamos del cambio de modelo productivo hablamos de cómo estamos produciendo, un aspecto clave», indicó Hernani.
Por su parte, la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, aseguró que España está «por debajo» del lugar que le corresponde en todos los ‘ránkings’ internacionales de innovación, aunque destacó que es la novena potencia científica mundial y que la I+D+i es una actividad rentable y que el modelo productivo que impulsa el Gobierno es «económicamente sostenible».