El Nokia N97 es uno de estos terminales que están llamados sobre el papel a ser las estrellas de la temporada, especialmente en el ámbito corporativo y en las empresas, terreno donde este terminal ofrece su máximo rendimiento.
A pesar de que este terminal fue presentado antes del verano, y que Nokia ya ha anunciado el nuevo N97 Mini, este móvil sigue protagonizando muchas de las campañas de la marca finlandesa. Analizamos en nuestro laboratorio cómo pueden aprovecharse las empresas de su múltiples características.
Facebook, páginas de periódicos on-line o la información sobre los contactos recientes y favoritos son algunos de los contenidos que confieren un atractivo especial a este terminal que Nokia pretende acercar más a la categoría de mini ordenador que de teléfono móvil.
En octubre está previsto que se comercialice el recién presentado N97 mini, pero hasta ese momento, el N97 puede calificarse como el tope de gama de los terminales de Nokia.
Ocio o negocio
El primer momento que se tiene en las manos un N97 destaca la grandiosidad de su pantalla. Con 3,5 pulgadas hay pocos terminales que tengan tanta pantalla. El Toshiba TG-01 con 4’’ es aún mayor, pero no es frecuente. Y ese tamaño condiciona al del resto del equipo, que no queda más remedio que calificar como “grande”.
De todos modos, tan pronto como se despliega el teclado bajo la pantalla este terminal pasa a parecerse más a un ordenador pequeñito. La mera acción de hablar sin el manos libres se antoja casi antinatural a la vista de la desproporción entre su tamaño y el del pabellón auditivo, pero tareas donde tenga parte implicada el teclado, como navegar en Internet, enviar correos o escribir textos y notas se desarrollan con total soltura y rapidez.
En el fondo, por mucho que se intente llevar este terminal al segmento residencial, se trata de un producto eminentemente profesional, que efectivamente puede sustituir a un netbook en tareas relacionadas con la mensajería.
Estar andando por la calle y poder actualizar el correo y responder mensajes, anotar ideas o redactar documentos urgentes es todo un lujo que al final permite ahorrar tiempo en las gestiones del día a día, y como tal hay que tomarse a este terminal: como un miniordenador con conectividad 3G con el que además puedes atender llamadas de voz. Y el tratamiento del N97 se parecerá más al de un mini ordenador que al de un móvil convencional.
La batería dura poco… o mucho
Según se mire. El problema es el siguiente: Nokia ha hecho tan bien su trabajo de hacer que el N97 se parezca a un ordenador, que tan pronto como cae en manos de un “power user” se empieza a usar para trabajar con él. La combinación de pantalla táctil y teclado es fantástica, y la interfaz con iconos grandes y fuentes de texto también grandes facilita ese uso híbrido. Se echa de menos un modo de pantalla con fuentes más pequeñas aun a costa de perder algo de tactilidad, sobre todo para los fanáticos de tenerlo todo a la vista, aunque se vea pequeño, pero al final, las aplicaciones se manejan de un modo realmente ágil.
Los mapas, el GPS (algo lento en ocasiones a la hora de “pillar” satélites), el correo o el navegador de Internet hacen bien su trabajo como aplicaciones para productividad y la idea de tener el widget del correo en la pantalla principal siempre listo para mostrar los últimos mensajes es acertada. Las páginas con noticias en la misma pantalla principal, así como los contactos facilitan mucho el acceso a los contenidos más relevantes para cada actividad profesional y la sensación que se tiene con el N97 es la de poseer una herramienta de trabajo que mejora la resolución de tareas cotidianas sin tener que cargar con un portátil.
Pero precisamente ese buen hacer de Nokia a la hora de diseñar una herramienta de trabajo es el que hace que la batería no esté a la altura de estos “power users” que verán cómo en un día es posible que se agoten los 1.500 mAh de su batería. La misma que en un E71, por ejemplo, pero instalada en un teléfono que se usará con más frecuencia que este último. Por supuesto , si se hace un uso normal de este terminal N97, la batería durará más, pero en ese caso es mejor adquirir un terminal precisamente eso: normal, como por ejemplo el citado E71 también de Nokia. Al final, si se usa el N97 como mini ordenador, habrá que cargarlo tanto como a un portátil. En principio no es malo en sí mismo, pero sí choca un poco con las expectativas de los usuarios a la espera eterna de un teléfono inteligente que tenga una duración de la batería de dos días aunque se use con frecuencia y sin miramientos.
Realidad aumentada: todavía una ficción
Una de las promesas veladas que acompañan a este terminal es la de incluir aplicaciones de “realidad aumentada”. Incluso en el anuncio de TV se podía ver a un individuo apuntando al sol al tiempo que aparecía en pantalla la información meteorológica. Pues bien, este tipo de aplicaciones aun no están a disposición de los usuarios. Están desarrollándose en los laboratorios de Nokia, pero todavía están en fases beta. La realidad aumentada consisten precisamente en hacer uso de la tecnología para obtener en tiempo real datos e información sobre el entorno mediante el acceso a bases de datos que recuperen todos aquellos datos que sean de interés para mejorar la experiencia de los usuarios.
En última instancia, el N97 no está pensado para usuarios de a pie. El tamaño es un inconveniente para quienes lo vean más como un teléfono que como un mini ordenador, y de hecho el N97 mini está llamado a encajar en perfiles de usuario menos corporativos pero que sí hagan uso de redes sociales, mensajería o correo particular en combinación con una tarifa de datos plana. El tamaño del N97 mini es similar al del Nokia 5800 XpressMusic, con una pantalla de 3,2 pulgadas y menos capacidad de almacenamiento.
Conclusiones
Nokia N97 es un terminal perfecto para el trabajo y los negocios una vez que se asume que la batería será su talón de Aquiles. Las tareas cotidianas que se pueden resolver desde este mini ordenador de Nokia son muchas y evitan tener que estar siempre con el portátil a cuestas, pero su buen hacer en el ámbito corporativo lo aleja de los usuarios residenciales. Al principio puede ser un reclamo tentador eso de hacerse con un teléfono de gama alta de Nokia, pero si no se le saca partido, acabará por resultar un poco “ladrillo”, sobre todo cuando se hable sin el manos libres. La integración de OVI Store fue novedad en su momento, con un buen número de aplicaciones gratuitas y de pago disponibles para mejorar las posibilidades de este terminal.
La pantalla de inicio es también un buen reclamo cuando están activados los widgets: Noticias, el Tiempo, Facebook o el correo llenan literalmente la pantalla con sus contenidos que pueden actualizarse dinámicamente, aunque a costa de aumentar el tráfico de Internet y el consumo de batería.
El acabado es correcto, aunque de cerca pierda algo de “gancho” al comprobar que su carcasa es muy “plástica”. De todos modos, el mecanismo para extraer y ocultar el teclado es excelente y ubica la pantalla en una posición inclinada sobre las teclas para facilitar la visibilidad mientras se escribe. En definitiva un producto con novedades interesantes pero que no acaba de convencer en el día a día, al menos no tanto como esperábamos.