España está dejando de ser un país de referencia para el trabajador extranjero, especialmente para el no comunitario, a causa de la crisis del mercado laboral, según un estudio de la empresa de recursos humanos Randstad.
Si entre 2000 y 2007 España lideró la llegada de población inmigrante a la Unión Europea, ahora la crisis ha provocado que los extranjeros, tanto latinoamericanos como marroquíes (las dos principales fuentes de inmigración en España) hayan reducido su volumen de entradas al país
En el último año, los marroquíes han elevado su cifra de paro en un 38,1%, los ecuatorianos en un 12,4% y los colombianos en un 19%. Asimismo, los extranjeros, principalmente los extracomunitarios, han reducido las afiliaciones a la Seguridad Social, con porcentajes del -15,3%, del -11,9% y del -6,7% en el caso de ecuatorianos, colombianos y marroquíes, respectivamente.
De esta forma, el peso de los inmigrantes en el mercado laboral español se ha reducido desde del 20,4% al 13,7% y ello a pesar de que se muestran mucho más «proactivos» a la hora de buscar empleo que los españoles.
En los últimos años se ha ido moderando el crecimiento exponencial de la población extranjera en España, de forma que el número de inmigrantes censados sólo se ha incrementado en medio millón desde 2008, hasta sumar 5,7 millones de extranjeros, el 12,2% del total del censo.
La mayor parte de los inmigrantes censados en España se reparten en las provincias de Madrid, Barcelona y Alicante. En las comunidades de Madrid y Cataluña tienen más presencia los iberoamericanos y los africanos, con importantes colonias de marroquíes en Cataluña y de ecuatorianos en Madrid. En Andalucía también existe una gran presencia de marroquíes, y los rumanos abundan en Madrid y Castellón.