La Eurocámara ha votado hoy a favor de un reglamento que obligaría a los fabricantes de ropa a indicar en la etiqueta el país de origen de sus productos, algo que ahora es voluntario y depende además de la legislación nacional.
Para que una prenda se considere originaria de un país tendrán que haberse realizado allí al menos dos de las cuatro fases de producción (hilatura, tejido acabado y confección). Estas indicaciones deben permitir a los consumidores conocer el origen exacto de los productos que compran.
El PE es partidario de que estas normas se apliquen a todos los productos textiles, como ropa, cortinas, manteles e incluso, juguetes que tengan al menos un 80% de fibra textil. También pretende que se indique en la etiqueta la presencia de materiales de origen animal, como pelo o cuero.
La legislación propuesta une así en un solo reglamento requisitos de etiquetado relativos a la composición y denominaciones de las fibras textiles, que en la actualidad forman parte de tres directivas diferentes.
En este sentido, el parlamento plantea introducir un procedimiento revisado para que los fabricantes puedan solicitar la inclusión de la denominación de una nueva fibra en la lista comunitaria con el fin de reducir el plazo que pasa entre la presentación de las solicitudes y su aprobación.
El ponente parlamentario, el liberal holandés Toine Manders recalca que la propuesta simplifica el marco normativo actual y puede incentivar la innovación en los sectores textil y de la confección.
Además, los eurodiputados piden a la Comisión Europea presentar un informe de aquí a dos años sobre nuevos requisitos de etiquetado que podrían introducirse a escala europea.
Entre ellos, un sistema uniforme de tallas para vestido y calzado, uno ecológico sobre el comportamiento medioambiental y la producción sostenible de los productos textiles y uno social que informe al consumidor de las condiciones en las que se ha fabricado un producto textil, así como etiquetas de advertencia sobre la inflamabilidad de las prendas.