¿Es un buen momento para invertir? ¿Qué factores tenemos que tener en cuenta si queremos dar nuestros primeros pasos en bolsa? ¿Cómo podemos obtener ingresos complementarios a nuestra jubilación?
La agencia de valores Gestiohna apunta las 10 claves que deben marcar la pauta del buen inversor. En esta pequeña guía se tratan temas como la importancia de un buen análisis, nuestra capacidad para asumir pérdidas temporales o cómo debemos conocer perfectamente el producto por el que estamos apostando.
1. Mirar más allá del presente
La pretensión de obtener beneficios a corto plazo provoca que se tomen decisiones financieras precipitadas sin valorar los resultados a largo plazo. La mejor forma de invertir es disponer de un plan financiero con distintas fases y ¡cumplirlo!
2. Asesorarse
Contar con el consejo de un experto independiente que nos asesore sobre nuestras inversiones y finanzas personales es muy importante. Su capacitación, experiencia y dedicación son clave para el éxito de nuestras inversiones.
3. Analizar nuestra capacidad de asumir pérdidas temporales
Tomar conciencia de los riesgos de las inversiones. Cuanto mayor es el riesgo, más dinero se puede ganar… o perder.
4. Conocer el producto al detalle
Las rentabilidades pasadas no garantizan las futuras, por lo que es imprescindible conocer en profundidad el producto y valorarlo en el contexto presente.
Tener la información oficial registrada en la CNMV (folleto informativo) para conocer sus características permitirá tomar decisiones basadas en nuestro conocimiento o considerar los consejos de terceras personas.
5. Fijarse en la rentabilidad, pero también en los gastos
A la hora de valorar la oferta de productos de inversión y su rentabilidad, no hay que olvidar identificar y restar los gastos que cobrará la entidad en concepto de cargos y comisiones por la compra del mismo. De este modo, optimizaremos su rentabilidad.
6. Considerar el coste de la vida
Las rentabilidades ajustadas a la inflación siempre serán inferiores a la real; por este motivo, si se han establecido los objetivos financieros sin tener en cuenta el ‘coste de la vida’, hay muchas probabilidades de fracasar. Olvidarse de la inflación al planificar una inversión es, sin duda, un error muy común.
7. Tener en cuenta la fiscalidad
La rentabilidad que interesa al inversor es la rentabilidad neta de impuestos, por lo que no debe faltar un planteamiento fiscal que acompañe al financiero.
8. Equilibrar y diversificar las inversiones y construir una base de instrumentos de bajo riesgo
En una inversión se deben incluir diferentes clases de activos y una base de bajo riesgo (como la renta fija). Esto aportará estabilidad a la cartera y servirá de reserva de liquidez para aprovechar las oportunidades que ofrezcan los mercados.
La diversificación es una política de riesgo que no debe faltar en ninguna cartera, más aún en época de incertidumbre.
9. No intentar predecir el mejor momento del mercado
La experiencia demuestra que el inversor suele obtener más beneficio si permanece fiel a su estrategia de inversión a largo plazo, ya que tanto los descensos fuertes como las mejores ganancias suelen concentrarse en breves e impredecibles períodos de tiempo, lo que genera altas posibilidades de fracasar.
10. Hacer seguimiento y rebalancear la cartera
Es importante contar con un sistema de seguimiento y evaluación que permita tomar decisiones adecuadas teniendo en cuenta las variaciones de mercado y los cambios en las circunstancias del inversor.
No es conveniente que el inversor cambie de perfil por las circunstancias concretas de los mercados. Lo recomendable es rebalancear la cartera y hacer los cambios necesarios para que se adapte a las situaciones (muchas veces cambiantes) de los mercados financieros.