Gina Aran, profesora del máster de Dirección y gestión de recursos humanos de la UOC, acaba de presentar un decálogo para ser el candidato ideal a la hora de buscar trabajo y nos da algunos consejos para enfrentarnos a una entrevista personal.
Dentro de un proceso de selección hay una parte de azar, pero el peso principal del éxito recae en el candidato, en su perfil y en la forma como se muestra durante la entrevista personal. Gina Aran considera que «no solo se debe estar capacitado, sino también parecerlo». Para hacerlo y hacerlo bien, plantea un decálogo de uso para ser un candidato perfecto:
- Autoconocerse: saber quién eres y qué puedes ofrecer.
- Dominar el proceso de la comunicación verbal (oral y escrita) y no verbal.
- Estar muy informado sobre la empresa y sobre el lugar que ofrecen.
- Tener un CV ordenado, donde sea fácil encontrar la información que necesitan.
- Escribir una carta de presentación clara y concisa.
- Prever las expectativas o necesidades de la empresa. No hablar solo de las propias.
- Transmitir claramente un valor añadido, lo que te diferencia de los demás.
- Saber crear afinidad con el entrevistador.
- Mostrar actitud de colaboración, entusiasmo y servicio.
- Tener una imagen personal impecable.
Ser persuasivo para superar la entrevista de trabajo
La experta considera que una entrevista cara a cara también es la oportunidad para hacernos visibles: «Una entrevista es el escenario definitivo para sobresalir entre otros candidatos. La comunicación persuasiva sitúa a las personas en un terreno de conocimiento mutuo que hace posible influir en creencias y actitudes para generar cambios», dice esta experta. Durante una entrevista de trabajo, «el aspirante debe ampliar la visión del entrevistador hacia todas las aptitudes que pueda incorporar a su empresa en caso de que lo contrate», explica Aran.
Con respecto a la imagen
Aran considera que «una persona guapa predispone positivamente, pero el contenido de su discurso es lo que le posibilitará ser contratado. El carisma y la empatía son más importantes que la belleza».
La experta recuerda que «ir aseado, bien peinado, vestido en consonancia con el puesto al que se aspira, siempre un poco más arreglado que en un día de trabajo normal es básico y fundamental».
La imagen es importante, y los tatuajes o los piercings pueden convertirse en un inconveniente a la hora de encontrar trabajo. Para Gina Aran, «según algunos estudios, alrededor del 70 % de los empresarios prefieren no ver tatuajes. Todavía se consideran un ornamento disuasivo porque se asocian a la idea de rebeldía o al hecho de querer llamar la atención». Sin embargo, para la experta, «la popularización de esta práctica hace que se hayan normalizado y que ya no representen un problema». Lo que sí afirma es que «es mucho peor llevar piercings».