Una de las preocupaciones más importantes que generó Windows 11 fue el tema de las actualizaciones en equipos no compatibles, es decir, en aquellos que no cumplieran con los requisitos de hardware que había fijado Microsoft.
Era un tema importante porque, al final, si vinculas tu licencia de Windows 10 para poder actualizar a Windows 11, pero resulta que lo haces desde un equipo no compatible, podías acabar quedándote sin actualizaciones, sin soporte y sin esa licencia que utilizabas para mover Windows 10.
Con eso en mente, no es extraño que muchos usuarios hayan preferido esperar antes de actualizar a Windows 11. Quieren estar seguros de que recibirán soporte, y de que podrán instalar actualizaciones y parches de seguridad con la misma frecuencia, y con las mismas garantías, que un usuario que sí utilice un PC compatible con dicho sistema operativo.
El caso es que, aunque todavía no hay garantía de que vayan a recibir el mismo grado de soporte a medio y largo plazo, de momento podemos confirmar que el parche del pasado martes llegó a todos los usuarios de Windows 11, incluyendo a aquellos que contaban con equipos que no son compatibles. Es un buen comienzo, y muy importante, ya que los parches del martes introducen novedades y mejoras en materia de seguridad y de estabilidad, y también corrigen errores de mayor o menor gravedad. Son fundamentales para mantener Windows 11 en buen estado.
Con todo, hay que tener en cuenta que Microsoft alertó de posibles limitaciones tanto a nivel de soporte general como de actualizaciones con nuevas funciones en equipos no compatibles, lo que significa que, en cualquier momento, podrían acabar introduciendo esas limitaciones. A título personal, yo no actualizaría a Windows 11 de momento si tuviese un equipo que no cumpliese con todos los requisitos que dio Microsoft.
No obstante, si más adelante se comprueba que el soporte que reciben estos equipos es el mismo que aquellos que sí cumplen todos los requisitos, actualizaría sin ningún tipo de duda.
