La Confederación Española de Sociedades de Garantía Recíproca (Cesgar) estima que más de 850.000 puestos de trabajo dependen del acceso a créditos que puedan tener a lo largo del 2016 nuestras pymes. En el informe se señala que si alrededor de 150.000 pequeñas y medianas empresas consiguen financiación, pueden generar unos 450.000 empleos en los próximos tres años, a lo que hay que sumar los 404.000 que se mantendrían con préstamos.
Por otra parte, se destaca también el hecho de que en torno a 200.000 pymes no obtuvieron financiación durante el años pasado y se indica que casi un 30 % de pequeñas entidades necesitaron créditos en durante los primeros 3 meses de este año. El informe de Cesgar trata de poner a la vista de la sociedad la relevancia que suponen para la economía nacional y para el empleo las pymes y los autónomos y, de forma contradictoria, lo complicado que les resulta conseguir liquidez actualmente.
Que el panorama financiero actual ha cambiado es un hecho palpable. La crisis redujo enormemente la concesión de créditos por parte de los bancos tanto para particulares como para empresas y en ese contexto surgieron los prestamistas privados para dar un vuelco al mercado. En vista de esta competencia los bancos han vuelto a posicionarse con la mano abierta en el mundo financiero y un buen ejemplo es la fuerza que ha perdido la figura del aval en los tiempos actuales. Ahora, sobre todo para los créditos para personas, las opciones son múltiples, el producto se ha diversificado y los autónomos tienen en este tipo de préstamos una salida, aunque con importes bajos.
En el caso de las pymes y de los autónomos cuando quieren importes más elevados, a pesar de empresas financieras jóvenes que han entrado en el mercado financiero actual, la medida recurrente adoptada sigue siendo pedir crédito a los bancos. Sin embargo, un alto nivel de facturación, la falta de garantías de terceros y la antigüedad de las grandes empresas continúan siendo cantos de sirena irrechazables para los bancos y una opción mucho más cómoda a la que facilitarle el crédito.
A pesar de esto, la situación general ha mejorado, como apuntan desde Cesgar, ya que un 10 % más de empresas han accedido a un préstamo bancario y al 92 % de las pymes que pidieron financiación obtuvieron el 100 % del importe solicitado. Sin embargo, se debe insistir en el amplio abanico de posibilidades que tienen las pequeñas y medianas empresas actualmente, en gran medida gracias al fintech.
La llegada de las ya citadas entidades financieras privadas con créditos para empresas es una buena opción que comienza a ganar adeptos por sus características, aunque lo que más relevancia empieza a adquirir en los últimos tiempos es el fintech, concepto que une finanzas y tecnología. Plataformas para préstamos entre empresas o entre personas (P2P) a través del crowdfunding o recurrir a inversores privados como los business angels o las venture capital , son posibilidades que deben valorar las pymes por las características de esta nueva forma de financiación y que también están creciendo mucho en los últimos años. Un ejemplo son los casi 4.400 millones de euros que han invertido las venture capital a nivel mundial en los primeros meses del 2016, lo cual, según un estudio de KPMG y CBInsight, es un incremento del 90 % respecto al año anterior.
