Un plan de marketing suele ser un documento «complejo» que una vez leído se guarda en un cajón, como si nunca hubiese existido. Sin embargo, tiene que ser un documento vivo, sobre el que se trabaje a diario, en el que se evalúe incluso la marcha de la empresa.
Se trata de un documento que en todo momento tiene que estar en la mente del profesional que se dedica al marketing y que debe de implicar a cada uno de los empleados de la empresa. ¿Quieres saber cómo hacerlo?
Tu plan de marketing no es la Biblia
Todas las empresas deberían contar con un buen plan de marketing. El plan de marketing sin embargo debería de ser un documento vivo, y no un «tocho» que guardamos en un cajón. Con esto queremos decir que el plan debería incluir la acción estratégica general que va a seguir la empresa cada año, pero las acciones puntuales o incluso el cambio de ciertos detalles en la estrategia pueden/deben cambiarse sobre la marcha.
En este sentido, no podemos decir que contemos con un buen plan de marketing si no disponemos de una buena política de evaluación de nuestras acciones y nuestra estrategia. Una evaluación que no debe realizarse una vez al año (como hacen muchas empresas) sino incluso sobre el día a día de la empresa, cada semana, cada mes. Claro que debemos ceñirnos a nuestro plan de marketing, pero no debemos considerarlo un «documento sagrado» e intocable, sino que debemos ser capaces de trabajar sobre él para mejorar nuestros resultados.
Un gran servicio al cliente es nuestra mejor acción de marketing
Antes de lanzarnos a grandes campañas de publicidad o a acciones virales deberíamos preguntarnos lo siguiente: ¿Cómo es nuestro servicio de atención al cliente? ¿Cuáles son las quejas más frecuentes que se nos plantean? ¿Cómo las estamos resolviendo? ¿Cómo nos comunicamos con nuestros clientes?
Está muy bien disponer de grandes profesionales creativos, capaces de diseñar campañas sorprendentes, pero si nuestra atención al cliente es pobre, si no somos capaces de dar las garantías que esperan de nosotros, no estaremos en el buen camino. A este respecto no hay que olvidar que los consumidores «hablan entre ellos», y que este fenómeno se potencia con Internet y las redes sociales.
De la misma forma que una mala experiencia como cliente es enseguida difundida a través de una gran cantidad de canales, una gran experiencia como cliente también alcanza un alto grado de difusión, capaz por sí misma de generar nuevos leads y atraer a nuevos clientes.
Competir en precio es perder clientes
Es cierto que son muchas las empresas que son capaces de competir en precios, ofreciendo descuentos «imbatibles». Sin embargo, para las pymes no es una estrategia que tenga demasiado futuro ya que siempre, inevitablemente va a aparecer un nuevo actor capaz de rebajar aún más los precios.
En este sentido si decidimos competir en precios debemos considerar que almenos hemos de ser capaces de ofertar otro valor añadido. De esta forma cuando un cliente potencial compare ofertas similares podrá determinar si nuestra empresa está ofreciendo algo más que la competencia o, por el contrario, se limita a hacer y ofrecer lo que todos los demás hacen y ofrecen.
Como hemos dicho en otras ocasiones, no hace falta disponer de un presupuesto estratosférico para innovar, porque las grandes ideas las podemos encontrar en cualquier parte: algo tan sencillo como trocear una lechuga y venderla en una bolsa de plástico revolucionó el sector hace unos pocos años.
No sólo importa saber hacer. Importa saber comunicar
Cuando hablamos de la era de la información, no lo decimos en balde. Los consumidores cada vez consumen más información que les llega desde cada un número mayor de canales. Es una vorágine de ruido, todos los actores se esfuerzan por chillar más alto, tener más presencia, salir en más medios.
Lo queramos o no, ni no nos ven no existimos. En este sentido, no sólo debemos esforzarnos en desarrollar una gran acción de marketing, sino que además debemos esforzarnos en comunicar al mundo la acción que hemos desarrollado. La importancia de los medios on-line, las nuevas plataformas de social media, las redes sociales, etc. son capaces de movilizar una gran cantidad de tráfico, de opiniones, de «ruido» hacia nuestro lado de la balanza.
Todos los empleados de la empresa trabajan para el departamento de marketing
Desde el momento que la mayoría de los trabajadores de una empresa tienen algún tipo de relación con clientes, proveedores, partners, etc. podemos asegurar que en realidad también están trabajando para el departamento de marketing.
En cada e-mail que mandamos, llamada telefónica que recibimos, etc. estamos transmitiendo la imagen de la empresa, por lo que no está de más realizar acciones de formación sobre el conjunto de nuestra plantilla porque… ¿qué imagen queremos transmitir al exterior?