Construir una red de contactos sólida es una de las actividades críticas que tiene que tener en cuenta todo freelance que aspire a vivir de su trabajo. La competencia es tan dura que no sólo cuenta la calidad de nuestro trabajo, sino a quién conocemos y quién nos puede recomendar.
Las redes sociales pueden facilitarnos una buena parte de este trabajo, pero al igual que cualquier otra actividad exigen invertir muchas horas. Te mostramos cuatro razones por las que el esfuerzo merece la pena.
Conecta tus redes sociales con el trabajo
Una de las ventajas más obvias de invertir en redes sociales es que nos permiten crear una red de contactos que de paso a una relación sólida con clientes y potenciales clientes. Como freelance, nosotros representamos nuestra propia marca, pero a diferencia de otro tipo de usuarios de la red social, lo importante no es contar con miles de seguidores o «amigos» sino de generar una conversación que nos beneficie.
En este punto hay que tener en cuenta que tan importante es que nuestros «seguidores» nos conozcan como el que nosotros conozcamos de cerca a nuestros seguidores más cercanos. Debemos ser capaces de generar y participar en la conversación que genera nuestra «pequeña» red social. De esta forma la distancia entre un seguidor y un posible cliente se acorta, porque nos convertimos en alguien al que ya conocen, con el que han hablado y al que pueden tener en cuenta.
Redes sociales como Twitter nos permiten además mantener un contacto regular con clientes con los que ya hemos trabajado con anterioridad. Se convierte además en una excelente plataforma de marketing desde la que anunciar nuestras promociones a un nicho muy concreto de personas. De la misma forma, nuestro blog también se convierte en una plataforma en la que exponer lo mejor de nuestro trabajo, transformándose en nuestro mejor anuncio.
Fuente de información y recursos
Como ya hemos dicho en el punto anterior, las redes sociales pueden convertirse en una buena plataforma de comunicación y marketing. Además, para muchos freelancers pueden ser el punto de referencia para conectar con una comunidad de personas que comparten nuestros mismos intereses, que se preocupan por las mismas cuestiones e intercambian conocimientos, recursos, información, etc.
Si en el primer punto explicábamos cómo la red social vende nuestro trabajo, en este se trata de ponernos en contacto con nuestra propia comunidad. Si cuidamos nuestra presencia on-line, al formar parte de una comunidad de profesionales de nuestro mismo sector, podemos formar un frente común que nos ayude a crecer en diversos ámbitos, desde la formación personal hasta incluso la captación de nuevos clientes.
¿En qué proyecto estás trabajando?
La base fundamental de toda red social es compartir. Para el usuario medio, esto se traduce normalmente en compartir enlaces, sus gustos musicales o un álbum de fotos con la comunión de sus sobrinos. El freelance sin embargo tiene aquí la oportunidad de compartir con los demás sus trabajos profesionales, los proyectos en los que se encuentra inmerso en estos momentos, tutoriales prácticos e información de utilidad para otros freelancers.
Redes sociales como Facebook nos permiten compartir imágenes, vídeos, presentaciones, etc. lo cual representa una oportunidad que no debemos dejar pasar a la hora de promocionar nuestro trabajo.
Construir nuestra reputación on-line
Debemos considerar nuestra presencia en redes sociales como parte de nuestro trabajo. No estamos «robando» tiempo a otros proyectos, sino que lo estamos invirtiendo en construir nuestra reputación on-line. Si la cuidamos, podemos ser percibidos como especialistas en nuestro campo y por lo tanto conseguir más clientes y de forma más inmediata y sencilla.
Sin embargo no podemos lanzarnos a las redes sin tener un plan previo. Debemos mantener un equilibrio entre cantidad y calidad. Debemos promocionarnos sí, pero también ser útiles a nuestra audiencia. Se trata de ser creíbles y no sólo utilizar el social media como reclamo publicitario.